Bilbao. El Aberri Eguna celebrado por el PNV ayer en Bilbao provocó reacciones nada más concluir. De este modo, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, reprochó a la formación jeltzale que esté compitiendo, según él, en la radicalización del discurso nacionalista con Amaiur. Además, advirtió de que, aunque ETA haya entendido que su estrategia de violencia ha sido derrotada, la banda "sigue estando ahí". Frente a ello, Alonso explicó que su partido quiere representar una garantía de la defensa de las instituciones y del marco de convivencia.

El portavoz adjunto de los populares en la Cámara baja, Leopoldo Barreda, instó a su vez al presidente del EBB, Iñigo Urkullu, a "dirigir sus exigencias a ETA-Batasuna y no al Gobierno". Según su parecer, el Gabinete de Rajoy "hace lo que debe, garantizar las libertades y la aplicación de la ley".

"Urkullu -añadió- ha perdido una oportunidad muy importante para exigir a ETA su disolución; para reclamar que entreguen las armas y exigirles que acaten las libertades democráticas y, por lo tanto, propiciar un escenario de justicia y no de impunidad, que es el que quiere diseñar el mundo de Batasuna para los terroristas".

Pugna Por su parte, el portavoz del PSE José Antonio Pastor expresó su "alegría" porque Urkullu se sume a la reclamación del lehendakari Patxi López al Gobierno español para que proceda a una flexibilización de la política penitenciaria. Destacó además "la pugna" existente, a su juicio, entre el PNV y la izquierda abertzale con motivo de la celebración del Aberri Eguna, y consideró "una boutade" que Urkullu pida a López que participe en "el akelarre nacionalista".