EL Aberri Eguna llega hoy con una insólita estampa en la que la ausencia de la violencia terrorista refuerza la aspiración soberanista anhelada en los dos actos políticos previstos para la fecha. Y ese hecho, que sólo sean dos las convocatorias en una jornada abonada a una fractura más severa, es la otra seña de identidad que recorrerá hoy las reivindicaciones nacionalistas y abertzales tanto en Bilbao como en Iruñea.

A menos de un año para que la cita con las urnas determine la composición del futuro Parlamento Vasco, el juego de fuerzas que presenta el Aberri Eguna 2012 representa la antesala de una pugna que se trasladará a los comicios, la lucha democrática y política por conocer cuál de las dos apuestas nacionalistas logra el plácet mayoritario entre la sociedad vasca. Luego vendrán las negociaciones postelectorales para conocer si este enfrentamiento creciente entre dos formas de entender el abertzalismo mantiene alejados sus caminos o confluyen en una alianza que permita gobernar y, de paso, situar a los actuales socios del Ejecutivo de Lakua en la oposición.

Hasta entonces, en estos intensos meses que restan para volver a los colegios electorales, PNV y la entente formada por la izquierda abertzale histórica, Aralar, Alternatiba, Abertzaleen Batasuna y Eusko Alkartasuna alimentan su cara a cara con ácidos cruces de declaraciones que han ido en aumento en las últimas fechas.

autodeterminación

"Ya no hay excusa que valga"

En la reflexión que hacen los jeltzales se defiende que "ya no hay excusa que valga para quienes siempre establecieron vallas al campo y encontraron justificación en la persistencia de la violencia para vetar el ejercicio democrático de autodeterminación de la sociedad vasca. No hay ningún pretexto que frene cualquier iniciativa política que pretenda el avance nacional de Euskadi".

La formación liderada por Iñigo Urkullu envía también un mensaje a la izquierda abertzale al considerar que si bien el cese de ETA es un "paso determinante para que este país alcance la paz", también lo debe ser "la conciliación". Y lograrla pasa porque "quienes han vivido imbuidos de la filosofía de la legitimidad de la lucha armada reconozcan y amparen el derecho a la diferencia -reconocida también por quienes han condicionado la política a la existencia de la violencia-, y se integren en el mapa de respeto a las mayorías y minorías que en cada caso establezca la propia sociedad vasca".

Como es habitual, el PNV festejará el Día de la Patria Vasca en Bilbao bajo el lema Euskadi bizia, más nación. La Plaza Nueva será escenario del acto político en el que intervendrá, a partir de las 11.30 horas, el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, que insistirá en el contexto de "paz y libertad" en el que, por primera vez, se desarrolla esta jornada desde que la formación jeltzale la festejara por primera vez en 1932.

Sin olvidar la situación de crisis económica, el líder jeltzale incidirá en la reivindicación de la soberanía vasca, que, en esta ocasión, se puede realizar "sin el azote de la amenaza y la violencia", aunque todavía con una ETA sin disolver. Tal como expresa en su manifiesto, la formación considera que ya no hay "excusa que valga para vetar el ejercicio democrático de autodeterminación de la sociedad vasca".

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"Romper con la subordinación"

Los participantes en el acto convocado por la red Independentistak en Iruñea compartirán una manifestación y un acto político en el que defenderán que ha llegado el momento de "romper la subordinación respecto a la España impuesta en 1512 por las armas". Además, abogarán por llevar a cabo "el derecho de autodeterminación, respetado siempre la voluntad del pueblo vasco".

En la declaración conjunta dada a conocer por estas formaciones a lo largo de la semana, piden fijarse en ejemplos como el de Escocia y llama a "reconstruir" la asamblea de electos Udalbiltza como eje "fundamental en el camino de la construcción nacional".

A modo de antesala, los cinco partidos adheridos a el Aberri Eguna de Iruña celebraron ayer un acto en Iparralde, en el Ayuntamiento de Donazaharre, con el que vincularon de manera simbólica los dos lados de la muga.