Madrid. Miles de personas, entre ellos políticos y representantes sindicales y del mundo de la cultura, arroparon ayer en Madrid al juez Baltasar Garzón en una multitudinaria manifestación para denunciar la campaña de desprestigio a la que, consideran, está sometido el magistrado en el Tribunal Supremo. Bajo el lema Contra los juicios de la vergüenza. Contra los crímenes del franquismo. En apoyo al juez Baltasar Garzón, la marcha arrancó pasado el mediodía desde la plaza de las Salesas, a escasos metros de la sede del Alto Tribunal, donde desde el pasado martes el magistrado se sienta en el banquillo por declararse competente para investigar los crímenes de la dictadura.
Convocada por la plataforma Solidarios con Garzón, la manifestación estuvo encabezada por los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez; el coordinador general de IU, Cayo Lara, y el diputado de esta coalición Gaspar Llamazares, los socialistas Pedro Zerolo y Soraya Rodríguez y actrices como Pilar Bardem, Marisa Paredes y Lola Herrera.
Para Lara, el Supremo está "tendiendo puentes de plata a la corrupción y un muro de silencio al genocidio franquista" al juzgarle, mientras que Rodríguez lamentó que se ponga en tela de juicio la actuación de alguien que ha intentado aplicar con valentía la ley de memoria histórica, que no es un ajuste de cuentas contra nadie, sino un encuentro con nuestra realidad".
Méndez y Fernández Toxo defendieron la "legitimidad" de Garzón para investigar la represión franquista y el primero subrayó que el juez ha intentado hacer un "saneamiento democrático" de la sociedad española, que hay que llevarlo hasta "las últimas consecuencias para cerrar las heridas del franquismo y que haya reconciliación".
Como un símbolo para la Justicia y no para la izquierda definió Bardem al juez Garzón, al que calificó de "símbolo para los derechos humanos, que no son ni de derechas ni de izquierdas". Entre las consignas de los congregados, se escuchó: "Garzón, amigo, el pueblo está contigo", "Fuera fascistas del Tribunal Supremo" y "Que no, que no, que no nos representan", en un guiño al movimiento 15M. Los asistentes, entre los que se encontraban también miembros de los afectados en la causa de los "niños robados", familiares de víctimas del franquismo y asociaciones de memoria histórica, también corearon lemas como "Juzgar a Garzón sí es prevaricación". Una hora después del arranque, la cabecera llegó a la plaza de Canalejas, en la que un nutrido grupo de actores, músicos y poetas tomaron la palabra para denunciar la "maquinación de procesos que se le han amontonado a Garzón para desprestigiarlo".
"Vergüenza" El poeta Luis García Montero agradeció la presencia de miles de ciudadanos en este gesto de solidaridad con el magistrado y mostró su indignación por la "vergüenza" que supone que al juez le "hayan sentado en el banquillo viejos representantes del fascismo español", en un país que ha sido "pionero de la defensa del derecho internacional".
Posteriormente, los actores José Sacristán, Aitana Sánchez Gijón, Juan Diego y María Botto le dieron el relevo para recitar poemas de Antonio Machado, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Miguel Hernández como "símbolos de la represión franquista".
Tras la intervención del cantautor extremeño Luis Pastor, el poeta Marcos Ana, el preso que más tiempo estuvo encarcelado durante el régimen franquista, cerró el acto con una de las poesías que escribió en la cárcel llamada Sueño de Libertad. "Ya no estamos en la clandestinidad, pero tampoco es una democracia perfecta. Estamos en la intemperie", concluyó García Montero antes de animar nuevamente a los asistentes a concentrarse frente al Tribunal Supremo mañana martes, cuando decidirá si anula la causa del franquismo o juzga a Garzón. Al mismo tiempo que se desarrollaba este acto, en Granada y en la localidad malagueña de Vélez-Málaga se concentraron también para mostrar su rechazo a los juicios abiertos al magistrado. El Sindicato de Secretarios Judiciales (SISEJ) expresó su temor por que el proceso iniciado al juez por los crímenes del franquismo pueda tener un "efecto intimidatorio" en la investigación de otros crímenes contra la humanidad.