vitoria. La lluvia fina del proceso de paz abierto en Euskadi va calando, y pese a que en un principio rechazaran frontalmente su intervención, PSE y Gobierno Vasco ya reconocen su implicación en las labores de la Comisión Internacional de Verificación del alto el fuego de ETA, que ayer definieron sin ambages como "serias" y "muy positivas".
Así lo expresaron hasta tres de sus principales dirigentes, desde el lehendakari López hasta el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor -pasando por su secretario de organización, Alfonso Gil-, marcando una senda que seguirían incluso Rubalcaba y Chacón en medio de su carrera hacia Ferraz.
"Son personas solventes para ayudar a esa verificación final", coincidieron en señalar sobre los integrantes de la CIV, antes de permitirse incluso enviar un mensaje poco velado a sus socios preferentes del PP -los únicos ya que aún se resisten a entrar en este proceso- al señalar que les gustaría que todos colaborasen en unas labores "razonables" y necesarias. "Todo aquél que coadyuvase a consolidar este nuevo tiempo, bienvenido sea", subrayaba Gil para acabar de franquear el avance de la comisión. De hecho, pese a que fueron Pastor y Gil quienes reconocieron haberse reunido con los verificadores, el propio López quiso encargarse de dar carta de naturaleza a estas labores admitiendo por fin la implicación de su Ejecutivo en ellas. "No quiero ser ajeno a absolutamente nada de lo que suceda", dijo, recogiendo así el guante lanzado por el presidente de su partido, Jesús Eguiguren, que más de una vez le reprendió por estar permitiéndose perder el tren de la pacificación.
la objetividad de gente "muy seria" Los socialistas subrayaron que habían salido de sus citas con la CIV con una "sensación muy buena"; convencidos de que son "gente muy seria" que les confirmó la nula voluntad de ETA de volver a las armas, a través de unas conclusiones "muy medidas" y que no venían "de parte de nadie". "Es positivo que hayan tenido una interlocución con la inmensa mayoría", reiteró Pastor, aun manteniendo que deberán ser la Policía y el CNI quienes lleven a cabo en último término la verificación "formal" del adiós de ETA.
el 'no' del pp y las urgencias Pero ni todas estas credenciales parecen calar aún en un PP que juega al equívoco y se enroca ante una cuestión que le incomoda. "Lo único que nos importa es la labor de las fuerzas de seguridad, la verificación que cada día hacen deteniendo terroristas", zanjó la número dos de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, antes eso sí de que Iñaki Oyarzábal introdujera la cuña posibilista en clave vasca matizando que el PP "atiende las opiniones" de la CIV, aunque no entre "al juego" de un MLNV que, según sigue sosteniendo, es quien "la contrató".
Mientras, la izquierda abertzale insistía en que la verificación supone "un paso decisivo" e instaba al Gobierno a participar de ella para llegar a abrir un diálogo resolutivo con ETA saliendo de su "aislamiento" y de los "parámetros de confrontación". En la misma linea, el líder de EA, Pello Urizar, urgió al Ejecutivo a activar una mesa "técnica" con ETA, subrayando que el desarme "se da en la última fase de los procesos", si bien quiso respetar el "margen de maniobra" que puede necesitar el PP para amoldarse a la nueva situación tras haber pasado "ocho años alimentando" el rechazo al proceso.