bilbao. Ante la falta de movimientos por parte de los gobiernos español y vasco destinados a modificar la situación de los presos de ETA, Aralar reclamó ayer al lehendakari Patxi López que deje de esperar eventuales decisiones de Mariano Rajoy o de la organización armada. La formación abertzale reclamó al secretario general del PSE que tome la iniciativa para afianzar el nuevo tiempo a través de un pacto de ámbito vasco, un "acuerdo nacional" sobre política penitenciaria. Este acuerdo debería, según indicó Aintzane Ezenarro, establecer de forma objetiva las condiciones para una "progresiva excarcelación" de los reclusos de la banda.
La portavoz parlamentaria de Aralar defendió en una rueda de prensa que la gestión que el Ejecutivo de López está llevando de la nueva etapa política que se abrió con el anuncio de ETA del cese definitivo de sus actividades armadas está siendo deficiente. "Podemos decir que el lehendakari y el Gobierno están ausentes en este tema", aseveró Ezenarro, tras considerar que López no puede limitarse a esperar a que Rajoy modifique la actual política penitenciaria y ponga fin a la dispersión de los presos o exigir a ETA que se disuelva. Su responsabilidad le debe llevar, a su juicio, a tomar la iniciativa e impulsar un acuerdo nacional entre las fuerzas políticas y sociales vascas sobre política penitenciaria: "Sería algo similar a lo que se hizo en Irlanda para establecer objetivamente las características que se exigirán para una progresiva excarcelación".
Para la portavoz de Aralar el lehendakari debe liderar el consenso para avanzar hacia la reparación y el reconocimiento de todas las víctimas y la construcción de una memoria compartida. En este sentido, Ezenarro criticó la decisión del Gobierno Vasco de organizar este año un Congreso sobre Convivencia y Memoria centrado en las víctimas del terrorismo sin haber hablado antes con otras instituciones y partidos.
Por otro lado, durante la misa mayor celebrada en la basílica de Santa María con motivo de la celebración del patrón de Donostia, José Ignacio Munilla señaló que si la presencia de las víctimas de ETA "nos resultase ahora embarazosa y su palabra extemporánea, o si tuviésemos la tentación de difuminar su memoria; entonces habría razones para poner en cuestión la autenticidad de nuestra apuesta por la paz y la reconciliación". El obispo también destacó la "inmensa paciencia" que, a su juicio, han mostrado las víctimas durante años.