Islamabad. Nueva escalada en la tensión entre Pakistán y Estados Unidos y la fuerzas de la OTAN, después de que un ataque aéreo causara ayer la muerte a 24 militares y dejara una treintena de heridos, según agentes de seguridad paquistaníes. El presunto ataque tuvo lugar en la región tribal fronteriza con Afganistán, concretamente en el distrito de Mohamand Agency. Como reacción, las autoridades paquistaníes cerraron la frontera para el transporte de suministro de la OTAN a Afganistán, tanto por el distrito de Khyber Agency como por la región suroccidental de Baluchistán. La Alianza Atlántica reconoció ayer que hay una "alta probabilidad" de que uno de sus helicópteros esté detrás de la muerte de los soldados paquistaníes. "Estamos al tanto de que se ha producido un incidente en la región fronteriza", manifestó el comandante Brian Badura, portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). "En estos momentos estamos reuniendo detalles e investigando lo ocurrido". El comandante de las tropas de la OTAN en Afganistán, el estadounidense John Allen, manifestó su compromiso para "investigar exactamente qué ocurrió y aclarar los hechos".
Las autoridades paquistaníes, entre tanto, manifestaron su indignación al señalar que el ataque de los helicópteros de la OTAN se produjo sin una provocación previa. "Esto es un ataque a la soberanía de Pakistán, y no podemos seguir tolerando estos ataques", apuntó el gobernador provincial, Masood Kausar, que lidera el gobierno civil en siete distritos tribales. "Las tropas paquistaníes respondieron inmediatamente en defensa propia a la agresión de la OTAN/ISAF con todas las armas disponibles", asegura un comunicado militar.
El jefe del Estado Mayor, el general Ashfaq Parvez Kayani, celebró esa reacción paquistaní. Mientras, el embajador estadounidense en Islamabad, Cameron Munter, fue llamado a consultas por orden del primer ministro, Yousuf Raza Gilani, para expresarle su más contundente protesta por el ataque. Se espera que el incidente siga tensando las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, ya de por sí difíciles desde el controvertido ataque estadounidense el pasado mayo en Abbottabad, en el noroeste del país, que terminó con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, sin permiso ni conocimiento previo paquistaní.