Bilbao. A pesar de que el bipartidismo amenazara con restar apoyos al PNV en las elecciones generales del 20 de noviembre, y a pesar de que Amaiur irrumpiera en las urnas por primera vez tras quince años de ausencia de la izquierda abertzale histórica en las Cortes generales, el partido de Sabin Etxea volvió a erigirse el domingo en la lista más votada de la CAV aumentando, incluso, su diferencia en votos con respecto a la coalición. Sin embargo, a Iñigo Urkullu no le duelen prendas a la hora de reconocer que en Araba y Gipuzkoa quedan tarea que hacer y reflexiones por acometer. La formación pasó a convertirse en la cuarta fuerza en el herrialde arabarra, donde el PP comienza a abonar su feudo, mientras Amaiur se hizo fuerte en Gipuzkoa, donde las siglas de Urkullu solo lograron la victoria en uno de los ayuntamientos.

El PNV ha superado a Amaiur en votos, pero la coalición ha obtenido un escaño más en la CAV. ¿Cómo queda la hegemonía en el nacionalismo vasco?

Más allá de que haya tenido un escaño más como consecuencia de la aplicación de la Ley D'Hondt en función de los escaños a repartir en cada uno de los territorios, lo que es importante es hacer la suma de los votos. Hay que compararla también con las elecciones del 22 de mayo, ya que Amaiur se compone de una fuerza política más que Bildu. En ese momento, obtuvimos 8.000 votos de diferencia en comparación con Bildu, y ayer obtuvimos 39.000 votos más que Amaiur, que tiene una fuerza política más que Bildu hace cinco meses. Por lo tanto, hemos crecido en diferencia de votos mientras Amaiur, a pesar de tener un partido más, no lo ha hecho.

¿Preocupa al PNV el hecho de haber sido relegado al cuarto puesto en Araba, y haber ganado únicamente en Hondarribia por Gipuzkoa?

Siempre es motivo de preocupación pero, al mismo tiempo, es un acicate para intentar hacer una reflexión en profundidad y plantearnos los objetivos y los retos que esa misma realidad nos ofrece. El ser cuarta fuerza en Araba nos lleva a hacer una interpretación de la realidad sociopolítica en el territorio alavés, de la misma manera en que el haber ganado solamente en Hondarribia nos lleva a hacerla en Gipuzkoa, con los matices de cada uno de los territorios. Pero sí quizás con el reto de que el modelo PNV sea un modelo aplicado en todos los territorios. Que tenga sus características en función de la realidad de cada territorio, pero que haya un modelo basado en lo que es ser abertzale, y también en lo que tiene que ser un proyecto de partido ofrecido al conjunto de la sociedad.

¿Tuvo ocasión, durante la noche electoral, de intercambiar felicitaciones con Amaiur?

Yo no. Represento a la primera fuerza política en la CAV. Incluso si se sumaran los votos de Geroa Bai a los del PNV en la CAV, seríamos la primera fuerza en Hegoalde. No he recibido ninguna llamada de nadie de Amaiur felicitando al PNV.

No han hablado.

No. Yo, desde luego, no.

¿Y con Rajoy?

Le llamé y me salía en el contestador el mensaje de apagado o fuera de cobertura. Le envié un sms, y ese mismo mensaje se lo reproduje a Antonio Basagoiti, que me ha contestado esta mañana [por ayer].

¿El hecho de que estas elecciones hayan arrojado un parlamento fragmentado, con el ascenso de las fuerzas minoritarias, hace más fácil o más difícil que el PNV pueda buscar su cuota en Madrid?

Hay que partir de la base de que el PP tiene mayoría absoluta por lo que, en puridad, no necesita de ninguna otra formación para intentar llevar adelante su programa y, además, en el caso de que necesitara de alguna otra formación, antes que el PNV hay otras como el PSOE y, no voy a decir ya Amaiur, pero sí CiU o UPyD, con los mismos escaños que el PNV. En cualquier caso, estamos a la espera de lo que quiera hacer el PP aun contando con mayoría absoluta. No porque haya obtenido una mayoría absoluta tiene un escenario fácil para hacer frente a los retos de la crisis y de dos realidades nacionales como son Catalunya y Euskadi, que se han ofrecido en el Estado nuevamente y se han reflejado diferentes en las elecciones. El PP tendrá que saber hacer la lectura debida de los resultados en Euskadi y en Catalunya, y saber si es capaz de hacer frente a los retos de las reformas económicas solamente con los votos de los diputados del PP. Todo esto va a necesitar de un consenso amplio.

En la noche electoral, lanzaba una advertencia a Rajoy, avisándole de que aún quedaba trabajo que hacer en materia de paz. ¿Cuáles son los pasos que entiende que debe dar ya?

Los mismos que planteé a Rodríguez Zapatero, a quien también llamé en la noche electoral, junto al candidato del PSOE y a CiU. Las circunstancias actuales son diferentes a las que se vivían con la amenaza del terrorismo, por lo que deberíamos plantear la derogación de las medidas excepcionales, derogando una Ley de Partidos entendida como lo está, y modificando la política penitenciaria. Además, habrá que ir dando pasos para construir ese escenario de paz. No porque ETA haya anunciado el cese definitivo de la acción armada ya estamos en paz. El camino empieza así, pero tenemos que llegar al final, y en ese camino está la concordia. La normalidad en la convivencia entre quienes puedan pensar de diferente. Y ahí el PP también tiene un recorrido por hacer.

¿Y cree que tiene voluntad?

El PP y Mariano Rajoy, después de que el PP no haya crecido en votos en la CAV y de que el PSE haya decrecido, tendrán que hacer la lectura de que la utilización en campaña del fenómeno antiterrorista, de Amaiur o de Bildu no les ha resultado en votos en la CAV. Creo que tienen que reflexionar. Supongo que Rajoy es cautivo de muchos discursos de utilización del fenómeno del terrorismo como arma arrojadiza y en clave electoralista. Una vez sea presidente del Gobierno español con mayoría absoluta, aun cuando necesite un tiempo de gestión interna, será consciente de que debe dar pasos después de que se haya reflejado que la realidad de Euskadi sigue siendo la misma al margen de que haya habido un fenómeno terrorista.

¿Al PNV aún le queda margen de maniobra en el Congreso para introducir reivindicaciones sobre competencias o el nuevo estatus?

Sí. Los objetivos que nos marcamos son la salida de la crisis, pero también la actualización del autogobierno, y sí puede basarse en transferencias que todavía están pendientes, como la de ferrocarriles o el régimen económico de la Seguridad Social, pero creo que la actualización va más allá del Estatuto de Gernika, y por eso planteamos el nuevo estatus. Confío en que Rajoy sea consciente de lo que han sido los resultados electorales para el PP y también para el PNV, Amaiur o el Partido Socialista en la CAV.

Ha mencionado que ha hablado con Zapatero. Ha convocado un Congreso para sustituir al secretario general del PSOE. ¿Ha tratado este aspecto con él?

No. La llamada de ayer [por el domingo] hay que circunscribirla a la cortesía política con un presidente del Gobierno español con quien hemos compartido un esfuerzo de llegar a este escenario de ausencia de la violencia, y se limitó a hacer una lectura de felicitación por lo que fueron nuestros resultados. También hubo solidaridad por lo que él como presidente del Gobierno español ya saliente haya podido representar también en los esfuerzos de pacificación.

¿Le vio dolido por la derrota?

Nunca me ha gustado desvelar las sensaciones que otros me han podido transmitir, pero creo que no es esa la palabra. Yo le vi muy consciente y, creo que ya lo era antes de la jornada electoral.

Siguiendo con el relevo en el PSOE, ¿cree que Rubalcaba va a querer presentarse tras el batacazo electoral?

Nunca me he atrevido a pensar sobre lo que puedan hacer otros partidos pero, habiendo sido ministro y vicepresidente de un Gobierno que ha sufrido ese castigo, es una situación difícil de gestionar, también a nivel personal.

¿El fracaso aboca al PSE a convocar ya elecciones anticipadas?

He apelado a la responsabilidad del lehendakari López, a la interpretación que debería hacer de cuáles son las premisas en las que él se basa para ser lehendakari. Lo hace en función de un Parlamento que no representa al conjunto del espectro sociopolítico de la CAV. Un Parlamento cojo. Cuestión que se ha reflejado con absoluta nitidez en las pasadas elecciones del 22 de mayo, y que también se ha dado en las generales. Además, no ha sido capaz de presentar sus proyectos de ley, estamos cada vez de manera más clara ante una legislatura improductiva e infructuosa que se enfrenta al reto de la crisis, y no gobierna ninguna de las tres diputaciones. Su socio preferente tiene una mayoría absoluta en las Cortes generales. El PP tendrá que pensar si le ha beneficiado o no estar apoyando al lehendakari López.

Está cobrando fuerza la idea de que cada vez le importa menos Ajuria Enea y de que mira a la Secretaría General del PSOE.

Bueno, no sé si a la Secretaría General del PSOE, porque ahí entra también lo que Pérez Rubalcaba pueda pensar o lo que crean otras personas del PSOE. Hubo personas que estuvieron dispuestas a participar en unas elecciones primarias que después no se produjeron... No sé lo que sucederá y a qué aspirará en su caso el lehendakari. Lo que sí ha llamado la atención es el papel que ha jugado en la campaña del PSOE, con una presencia digna de subrayar en otras comunidades diferentes a aquella de la que es lehendakari y donde ocupa el cargo de secretario general de su partido. No sé si eso da alguna pista sobre el papel que pueda jugar en el conjunto del PSOE. Pero me parece significativo.

¿La derrota hace ineludible la refundación del PSE?

Lo dejo en sus manos. No me gustaría que se metieran en el terreno del PNV, pese a que sea una práctica muy habitual.

¿Cómo podría convenir al PP que se convocaran elecciones anticipadas en la CAV?

Lo que parece cierto es que el Partido Popular tiene el mismo porcentaje de voto haya estado en la oposición o haya sido socio preferente del Gobierno vasco. Lo mantiene con pocas fluctuaciones, y al PP lo que supongo que le interesará es ser identificado como un partido con su propio proyecto vinculado al PP español, y no al PSE. Un partido, el del socialismo, que ha sido el perdedor en las generales frente al PP.

Pero si convoca elecciones anticipadas, pierde ese papel de soporte del Gobierno vasco.

Sí, pero también en el pasado ha obtenido buenos resultados aun no teniendo responsabilidad de socio preferente de un Gobierno. Y en este momento tiene a un diputado general en Araba y a un alcalde de capital en Gasteiz. Por tanto, no sé si el PP está necesitado de una representación institucional que venga dada por ser el socio preferente del PSE. Creo que el PP tiene su propia personalidad y electorado. Se ha reflejado también en las elecciones municipales y forales en Araba, quizá también por demérito de los demás, y en este sentido tenemos como PNV nuestro propio desafío.

¿El PP puede haber dado por amortizado a López?

No lo sé. Lo que antes de estas elecciones generales a uno le ha venido chocando es este juego de criticarle una semana para, después, renovar los votos de socio preferente con el Gobierno vasco manifestando que se va a acabar la legislatura. Incluso le han hecho perder votaciones en el Parlamento Vasco. Y eso, antes de las elecciones.

¿Al PNV no le convendría esperar más a la hora de anticipar las elecciones para que Amaiur fuera perdiendo fuelle?

Pero, si lo interpretáramos así, hubiera sido mejor que Bildu no hubiera estado en las elecciones y que el PNV no se hubiera desgastado en favor de Bildu en mayo para que tuviera sus candidaturas validadas y no es, por lo tanto, esa interpretación la que hacemos. He sido consciente de los riesgos que vivíamos pero, si todo esto ha servido para llegar a un escenario de ausencia definitiva de la violencia, estoy muy orgulloso. Es a lo que aspirábamos y confío en que, sean cuando sean las elecciones autonómicas, el PNV sea capaz de presentar su propio proyecto al conjunto de la sociedad en base al modelo PNV de crecimiento en bienestar, desarrollo y autogobierno. Y que ese sea el modelo que goce de un mayor número de votos.