las horas van cayendo y la cuenta atrás hacia la cita del domingo da la sensación de acelerarse. Empate técnico, advierten casi todas las encuestas en Euskadi. Y los candidatos se afanan más que nunca por llevar a las urnas a cada uno de sus votantes y por luchar contra "el miedo" que puede dañar sus expectativas. Miedo a los recortes que podría empañar la fiesta popular; a una continuidad dibujada como apocalíptica que acabaría de hundir al PSOE; a la uniformidad entre la que trata de hacerse un hueco el PNV; o a la imagen del grito vacío de contenido que podría desinflar el globo soberanista de Amaiur. Toca guardar la ropa y apuntalar las posiciones conquistadas para no perder por medio cuerpo en la entrada en meta. Toca jugar con "el miedo".

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Blindar "la confianza" ante las mentiras del PSOE

En esta tarea, como es lógico, quien más se afana es quien más tiene que perder según indican todos los sondeos: un PP -cuyo líder incluso se reconoce ya ganador- que ayer volvió a acusar a los socialistas de "meter miedo" y tratar de "engañar" al electorado asustándole con el "programa oculto" de Mariano Rajoy. "No tienen una sola idea para arreglar la economía" y por eso recurren a esta táctica, denunciaba ayer el líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, que también se descolgó pidiendo a los alaveses un voto al PP con el que les invitó a impedir que Amaiur tenga grupo propio para dar desde Madrid "la razón a los que todavía van con capucha". Y tras la denuncia del juego sucio del adversario, la cuña propia, que le llevó a advertir a los votantes de que el domingo tendrán que elegir "entre el PSOE del paro o el PP de la creación de empleo". "Quienes realmente sienten miedo son los autónomos para poder sacar sus negocios adelante, los cinco millones de parados que existen en España, los jóvenes que precisan incorporase al mercado laboral y los pensionistas que necesitan que haya más gente cotizando que cobrando pensiones", remató.

Ante este aterrador panorama, Basagoiti llamó a los ciudadanos a acudir el domingo a las urnas "como nunca" para fomentar el "único cambio capaz de sacar la economía adelante" permitiendo a su partido formar "un Gobierno fuerte" capaz de "cambiar las cosas". "Hay que recuperar la confianza" para incentivar la actividad económica, pidió a continuación el aspirante vizcaíno Leopoldo Barreda, y por esta senda transcurrió también el mensaje del propio Rajoy, que prometió que el propio hecho de que cambie el Gobierno restañará la confianza de los mercados, que incluso auguró que, una vez que el PSOE abandone el poder, dejarán de obligar a la Unión Europea a "dar instrucciones" a España.

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Los 'ajustes': un "círculo vicioso" peligroso y "mortal"

También su máximo rival en la carrera hacia La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, habló de recuperar la confianza de los todopoderosos mercados y se centró en combatir los fantasmas que el PP proyecta sobre un hipotético continuismo. Rubalcaba defendió Una nueva política económica para España y para Europa tras avalar su gestión anterior asegurando que si España no está como Italia o Grecia es "gracias a que Zapatero cogió el toro por los cuernos". Pero en su caso, lejos de la convicción de Rajoy de que el mero relevo en el poder devolverá la credibilidad a las instituciones españolas, Rubalcaba se dirigió directamente a Europa para pedirle que deje de enviar "mensajes de falta de confianza" y se plante, tanto a través de la UE como del Banco Central Europeo. "Tienen que decir [a los mercados] que se acabó", reclamó, para a renglón seguido dejar caer un nuevo aviso a los electores asegurando que los ajustes que se avecinan son parte de "un círculo vicioso mortal".

Ya por la tarde, desde el BEC de Barakaldo donde estuvo respaldado por la plana mayor del PSE, con Patxi López a la cabeza, Rubalcaba trató también de movilizar a sus electores recurriendo al "ejemplo inglés", donde la derecha se impuso ante el descenso de apoyos del laborismo. "Vemos todas las semanas jóvenes denunciando los recortes en educación. ¿Cuántos no estarán pensando cada día por qué me quedaría en casa y no fui a votar?". Por su parte, el lehendakari reivindicó "el orgullo de ser socialista" y, agitando también el que viene el PP, pidió el voto "para parar a la derecha; para que no desmonte nuestros derechos".

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Evitar que se "recentralice" con la excusa de la crisis

Lejos de la pugna bipartidista que amenaza con robarle protagonismo en esta campaña, el PNV centró sus advertencias en otro ámbito; el de un autogobierno que podría verse afectado por quienes "pretenden recentralizar el poder y hacer tábula rasa del Estado autonómico con el pretexto de la crisis". "Seremos el freno, los que digan no a la posibilidad de devolver competencias o a los que aboguen por suprimir las diputaciones", aseguró Josu Erkoreka.

Frente a estas supuestas tentaciones, el candidato jeltzale contrapuso más autogobierno, asegurando que en Euskadi la repercusión de la crisis está siendo menor gracias a su gestión en el marco vasco. En este sentido, tras compartir un encuentro con empresarios vascos, Erkoreka reclamó para Euskadi las competencias sobre crédito, banca y seguros con el objetivo de "facilitar" la creación de un marco financiero propio que se apoyaría en el "sistema vasco de cajas de ahorro" cuya salud contrapuso al español. Asimismo, consideró "prioritaria" la transferencia del régimen económico de la Seguridad Social -entre otras cosas para garantizar las pensiones-, reclamó un marco vasco de relaciones laborales, y se conjuró a exigir a las entidades financieras "compromiso" para apoyar a personas y empresas con proyectos que faciliten la creación de empleo.

Por su parte, Joseba Egibar respondió a quienes desde Amaiur les piden que se replanteen su estrategia preguntándose en voz alta "¿quién ha hecho el artaburu durante 35 años?". "La izquierda abertzale no tiene programa, seguirá en la improvisación". "Sus votos se van a perder, no van a servir para nada", añadió sin ambages Iñigo Urkullu.

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"Complicidades" con el PNV

...Sin embargo, la coalición tenía ayer otros planes ajenos a seguir con este pulso entre las dos ofertas abertzales, y Amaiur dio un volantazo en su campaña sustituyendo la confrontación con el PNV por una invitación a encontrarse en la defensa del "ámbito vasco de decisión".

El cabeza de lista por Bizkaia, Iñaki Antigüedad, abanderó este interesante viraje táctico al emplazar a la formación jeltzale a buscar a partir del lunes las "complicidades" que puedan salir del contraste programático, subrayando que para ambos "los máximos adversarios" deberían ser quienes niegan a los vascos su derecho a decidir su futuro. "Que no se equivoquen de rival", apuntaron desde Vitoria los cabezas de lista de la coalición por Álava. Pero su respuesta ante un PNV que, denunciaron, les está "dando caña" acusándoles de querer ir a Madrid sin apenas programa, les llevó también a aclarar cuál será su linea de actuación. Así, admitieron que no llevan a esta cita "un montón de letra pequeña" sino un programa que apoya "trayectorias y grandes retos" dado que éste no es su ámbito de juego natural, pero aseguraron que estarán "en los momentos clave" buscando unir sus fuerzas con otras formaciones de izquierdas de naciones sin Estado, siempre que esto sirva para avanzar hacia un cambio del marco jurídico político o del modelo socieconómico del Estado.