Bilbao. La multiplicación del lehendakari Patxi López en mítines fuera de Euskadi para apoyar la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba a la presidencia del Gobierno español puede tener una segunda lectura en el oscuro panorama al que previsiblemente se enfrentará el Gobierno vasco si Mariano Rajoy accede a La Moncloa. Una delicada situación que estaría originada en la propia precariedad de un Ejecutivo que tiene como único sustento el PP en la CAV. La presión del partido presidido por Antonio Basagoiti al Gobierno vasco, que ya se ha dejado notar con fuerza en el pasado, podría aumentar varios grados tras una eventual victoria de Rajoy este domingo, haciendo la situación insostenible y abocando al lehendakari socialista a convocar un adelanto electoral.
Así lo cree al menos el cabeza de lista del PNV al Congreso por Bizkaia, Josu Erkoreka, quien afirmó ayer que "el esquema de alianzas que ha dado sustento a este Gobierno vasco va a empezar a resquebrajarse, quiérase o no, a partir de las elecciones del domingo". En una entrevista a RNE, aseguró no tener "ninguna duda" de que, "si se cumplen las previsiones mayoritarias y el PP se hace con el Gobierno central, esto va a marcar un antes y un después" en el Ejecutivo liderado por López.
El portavoz del Grupo Vasco en la Cámara Baja vaticinó que "su principal aliado, el PP en Euskadi, le exigirá a Patxi López que se doblegue, que se acomode a las pautas y a las orientaciones que vienen marcadas por Mariano Rajoy". Agregó que "esto no puede gustar al PSE, pero no le va a quedar más remedio que acomodarse a esas circunstancias y, en esas condiciones, va a ser muy difícil sobrevivir". La consecuencia directa de ello, pese a que Erkoreka no la citó expresamente, es clara: un adelanto de las elecciones autonómicas.
Los movimientos que se están produciendo y que miran más allá de la jornada electoral abundan en esta posibilidad. Parece claro que el candidato popular a La Moncloa afrontará, de confirmarse su victoria en las urnas, un replanteamiento del actual Estado de las autonomías con el fin de evitar duplicidades entre instituciones. El afán privatizador y las televisiones autonómicas tampoco escaparían de su afán reformista, un camino en el que podría encontrarse con el rechazo de la CAV, prácticamente la única comunidad que no estará gobernada por los populares tras el 20-N. El partido liderado por Basagoiti tomará entonces la palabra y le apretará sin duda las tuercas a López en función de los intereses del presidente español. En este tira y afloja, "el lehendakari tiene las de perder", según fuentes conocedoras de la situación.
El paso siguiente sería el adelanto de las autonómicas. Inicialmente previstas para 2013, en los mentideros políticos ya se apunta cuál puede ser su nueva fecha: mayo de 2012. El regreso de la izquierda abertzale al marco de la legalidad y la vida institucional, y su ausencia del Parlamento Vasco, no hacen sino alimentar esta posibilidad.
Votos perdidos Por otro lado, el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, criticó ayer con dureza a la izquierda abertzale después de que sus dirigentes hayan asegurado que su presencia en Madrid no será continua. "No tienen programa, no tienen una hoja de ruta para estos próximos cuatro años", aseguró en un mitin celebrado por la tarde en la plaza Unzaga de Eibar. "Ese es su compromiso con Euskadi, intermitente", agregó.
Urkullu consideró, por tanto, que los votos a Amaiur "se van a perder". "Y ellos no solo lo saben, sino que lo reconocen -añadió-. Y, además, hacen campaña con ello. No van a servir para nada. Y Euskadi no se lo puede permitir". El presidente del EBB agregó que, frente a esa inacción, el PNV "ofrece respuestas a la situación económica". Tras recordar que ésta ha sido una legislatura "muy fructífera para Euskadi, tanto en autogobierno como en inversiones", aseveró que "no es suficiente" y que los objetivos principales de su partido son combatir la crisis y lograr un nuevo estatus político para Euskadi.