vitoria. El lehendakari quiere lavar los trapos sucios en casa. Una vez que ETA ha anunciado el cese definitivo de su actividad armada, Patxi López pretende que la disolución de la organización terrorista se realice en Euskadi, sin emular el traspaso de fronteras que el conflicto vivió recientemente con la Conferencia que albergó Donostia.
Así se expresó ayer el jefe del Ejecutivo autonómico en el encuentro que le reunió con representantes consulares en el País Vasco, una cita celebrada en Lehendakaritza que puso fin a la ronda de contactos iniciada tras el comunicado emitido por ETA el 20 de octubre.
A través de una nota, el lehendakari hizo público su agradecimiento por el apoyo recibido desde otros países en la lucha contra el terrorismo y la progresiva deslegitimación de sus planteamientos totalitarios, pero rechazó el planteamiento de la izquierda abertzale de "darle un alcance internacional y buscar forzados referentes en el exterior".
"No ha habido otro conflicto en Euskadi que el planteado por la actividad y la existencia de ETA", advirtió López, quien indicó que "el de la banda armada ha sido un problema esencialmente vasco" cuya solución debe encontrarse en Euskadi.
No obstante, el lehendakari solicitó a los cónsules que ayuden a difundir en sus países "el nuevo tiempo de libertad y convivencia que se ha abierto en el País Vasco", así como la imagen real de una Euskadi "moderna, con grandes atractivos y acogedora".
"El fin de ETA va a permitir -está permitiendo ya- que el País Vasco se proyecte sin el estigma de la violencia, que tanto nos ha marcado dentro y fuera, como una comunidad innovadora, con una gran calidad de vida y abierta a las inversiones productivas y al turismo", destacó.
El lehendakari empezó su ronda de contactos el pasado 24 de octubre, cuatro días después del anuncio de ETA, y tras reunirse con partidos políticos, empresarios, sindicatos, exlehendakaris, víctimas y agentes sociales, hará un balance de la misma tras las elecciones del 20 de noviembre.