Bilbao/vitoria. El PNV será la fuerza más votada en la CAV en las elecciones generales del día 20, seguido de muy cerca por Amaiur. De forma paralela, el PSE se hundirá, pasando de nueve a tres escaños, y el PP se quedará prácticamente igual. Así se desprende de un estudio realizado por Gizaker que otorga al PNV y a Amaiur entre cinco y seis escaños cada uno. De hecho, ambas formaciones se disputarían ese sexto diputado en Gipuzkoa por un escasísimo margen de menos de 300 votos en ese territorio. Una estimación diametralmente opuesta, por tanto, a la controvertida encuesta que el CIS hizo pública el pasado viernes y que fue muy contestada desde todos los ámbitos.
La obtención de esa sexta acta se antoja trascendental, toda vez que el número mínimo de escaños para formar grupo propio en el Congreso es de cinco. De este modo, según el estudio de Gizaker, el PNV esquivaría en gran medida el avance que las formaciones constitucionalistas siempre suelen experimentar en unas elecciones generales.
Un fenómeno que se repetirá en la inminente cita con las urnas, a tenor de los datos de la presente encuesta. Y es que, en comparación con las elecciones municipales y forales del pasado 22 de mayo, los partidos abertzales perderían 5,3 puntos, mientras que PSE y PP ganarían 8,3 puntos. Un panorama muy diferente al de hace tan solo seis meses, cuando el voto nacionalista (PNV y Bildu) supuso el 60% del total frente al 31% que sumaron socialistas y populares en la CAV. Especialmente doloroso fue el tropezón del PSE, que tan solo logró amarrar ocho ayuntamientos.
Este tímido avance del PSE respecto a las municipales no evitará que el partido liderado por el lehendakari Patxi López sufra un nuevo serio correctivo en esta cita electoral. Y es que podría perder seis de los nueve escaños que logró en las generales de 2008. Este abismal cambio de tendencia sorprende, no tanto por el resultado que pueda cosechar el día 20, sino por el que obtuvo hace tres años. Un buen puñado de votos que obedeció a dos factores fundamentales: la buena imagen en Euskadi del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tras su apuesta decidida por el proceso de paz y la no concurrencia de la izquierda abertzale. Pero este sondeo vaticina esta vez para los socialistas un desplome en Bizkaia y Gipuzkoa, que apenas beneficia al PP y que rentabiliza, en función de los criterios de reparto establecidos por la Ley D'Hondt, Amaiur.
Participación El PNV ha tomado buena nota del avance -por tímido que sea- que pueden experimentar las huestes socialistas respecto a mayo y ha puesto toda la carne en el asador, incrementando el número de actos de campaña. Al parecer, el partido liderado por Iñigo Urkullu ha trasladado a sus organizaciones municipales que impulsen dos actos de entidad como mínimo cada una. El esfuerzo de los jeltzales por reducir al mínimo el margen de error coincide con las conclusiones de Gizaker, que arrojan un reparto de escaños muy ajustado entre los partidos vascos. Ejemplo paradigmático de ello es el sexto diputado que se disputarán el PNV y Amaiur, y que dependerá del recuento final en Gipuzkoa.
En consecuencia, la importancia de la presente campaña sube muchos enteros de cara a la movilización del electorado. "El nivel de participación resultante puede tener un efecto muy elevado en la representación final", asegura un experto en demoscópica consultado.
El estudio asigna al PNV un 28% de los sufragios, cifra similar a la de Amaiur, con un 27,8%. El mismo orden, por tanto, de las pasadas elecciones municipales, donde los jeltzales fueron la primera fuerza. De cara al 20-N, PP y PSE se situarían a mucha distancia, con un 21,9% y un 18,2% de apoyos, respectivamente.
ÁLAVA, SEGÚN EL GUIÓN En cuanto a Álava, el reparto de la tarta que anticipa el sondeo de Gizaker se ajusta bastante a los cánones clásicos del territorio, con un diputado por formación. El partido ganador en el Estado logra el liderazgo y así el PP revalida su excelente cosecha de mayo en Juntas Generales y Ayuntamiento gasteiztarra, con doce puntos de ventaja sobre la segunda fuerza, el PNV. Las otras tres fuerzas se mueven en un pañuelo: porcentualmente, PNV, Amaiur y PSE se mueven en un rango de 1,4 puntos. Los populares se benefician del bajón socialista, pero no lograrían arrebatarles el escaño. De hecho, el PSE mejoraría ligeramente su situación respecto a las forales de mayo, mientras que PNV y Amaiur retroceden ligeramente en intención de voto.