vitoria. Los socialistas vascos acudieron ayer a una de sus históricas plazas fuertes, a la margen izquierda de la Ría de Bilbao, para reforzar sus opciones de cara al 20-N. Desde Portugalete, cuyo Consistorio dirige desde mayo quien pasa por ser uno de sus hombres más próximos, Mikel Torres, el lehendakari basó su discurso en una lectura del pasado inmediato según la que subrayó que los votos que el PSE obtuvo en 2008 -que le convirtieron en la formación más votada de la CAV- "han traído las mayores inversiones de la historia de Euskadi", además de "la paz y la libertad". "Todo lo que ha hecho avanzar a este país ha venido de la izquierda y del PSOE", reivindicó sin ambages.

"reforzar" o "desmantelar" Sentadas esas bases argumentales, y quizá mirando al pulso que, en el conjunto del Estado, está llamado a enfrentar a socialistas y populares por llegar al palacio de La Moncloa, López obvió al resto de sus rivales en el escenario vasco para centrarse en el combate del PP, resumiendo lo que se juega en las urnas a la elección entre "mantener y reforzar" lo que queda del Estado del Bienestar votando PSOE, o "reducir y desmantelar" estructuras, como acusó de hacer a "la derecha". "Para Euskadi no es lo mismo Rubalcaba que Rajoy", ni es "lo mismo para lograr la unidad y construir la convivencia que necesitamos" votar nacionalista o socialistas, dijo como toda referencia a sus otros rivales.

Siguiendo a su cara a cara con quienes desde el Parlamento Vasco sustentan su Gobierno, López no dudó en acusar al PP de acometer los recortes "con alegría". "Están aprovechando la crisis allí donde gobiernan para desmantelar el Estado del Bienestar y derivar a la privada todo lo que es rentable para que alguno haga negocio. Pretenden cargarse, por la vía de hacer negocio, la Sanidad y la educación públicas", añadió, antes de asegurar que aunque los socialistas se vean "obligados" a "reducir gastos y apretarse el cinturón", tienen claro "qué es intocable".

En todo caso, por encima de su choque con el PP y de sus exiguas apelaciones a un mundo abertzale al que acusó de ofrecer "división y enfrentamiento", subrayó que será "el desistimiento" el "gran adversario" del PSOE. "La historia no está escrita", dijo frente a los negros augurios que amenazan a su partido, por lo que animó a sus votantes a "despertar" para cambiarla.