pamplona. El magistrado Baltasar Garzón se sentará por primera vez en el banquillo del Tribunal Supremo el próximo 29 de noviembre por ordenar escuchas telefónicas entre los imputados en el caso Gürtel que ingresaron en prisión y sus abogados. Se trata del primer juicio al que tendrá que enfrentarse Garzón en el Supremo, donde tiene abiertas otras dos causas: la de la instrucción de los crímenes del franquismo y la de los supuestos cobros por parte del Banco Santander durante su estancia en Nueva York. Además, se da la paradoja de quien fue el primer instructor del caso Gürtel, será juzgado por prevaricación antes de que lo sean los principales cabecillas de aquella trama corrupta.

Garzón, suspendido de forma cautelar desde mayo de 2010 de su puesto en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, se enfrenta en esta causa a una solicitud de hasta diecisiete años de inhabilitación firmada por las acusaciones particulares. Por su parte, la Fiscalía reclama la absolución de Garzón, al considerar que no cometió los delitos de prevaricación judicial y de uso de artificios de escucha y grabación con violación de las garantías constitucionales que se le imputan. El instructor de la investigación por las escuchas de Gürtel, Jorge Alberto Barreiro, consideró el pasado abril que había suficientes indicios contra Garzón para sentarle en el banquillo y elevó la causa a la Sala de lo Penal del Supremo para que le juzgara. Barreiro consideró que Garzón "decidió acceder indebidamente a las conversaciones confidenciales" y que "le resultó indiferente" que las mismas no tuvieran otro contenido "que aspectos nucleares sobre las estrategias de defensa". En su defensa, el abogado del juez, Francisco Baena Bocanegra, alegó que la decisión de autorizar esas escuchas no era constitutiva de delito, sino una medida necesaria que, además, no fue impugnada por la Fiscalía. Según el letrado, Garzón "jamás" utilizó el contenido de estas grabaciones, que "fueron advertidas desde el primer momento por información facilitada por un funcionario a uno de los abogados".

cinco jueces La Sala que debe juzgar a Garzón por las escuchas en el caso Gürtel está compuesta por cinco magistrados del Supremo: José Manuel Maza, Juan Saavedra, Perfecto Andrés Ibáñez, José Ramón Soriano y Julián Sánchez Melgar. Se da la circunstancia de que recientemente uno de estos magistrados, Andrés Ibáñez, pidió abstenerse de juzgar a Garzón, lo que fue rechazado por diez de los catorce magistrados que integran el Pleno de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Los motivos que alegaba eran haber integrado la Sala que admitió a trámite la querella.