vitoria. El 25 de octubre de 2010 el Gobierno Vasco celebró en Vitoria el segundo Día de Euskadi, una de las grandes apuestas del Ejecutivo socialista en su empeño por "normalizar" la comunidad, con la izquierda abertzale preparando en los tribunales el regreso a la política y el PNV en plena resaca del mejor acuerdo presupuestario que jamás había firmado: el que permitió transferir casi la totalidad de las transferencias pendientes de ese Estatuto del que el lehendakari ha hecho bandera.

El Gobierno Vasco quiere que el texto sea la seña de identidad por excelencia de Euskadi, con los socialistas al frente, a pesar de que se presentó a las elecciones de 2009 con la reforma estatutaria como parte de su programa electoral. El año pasado ya veía en el documento un punto de encuentro para todos los partidos y, en ese contexto, López lanzó evidentes guiños a los jeltzales, cuya negociación con el PSOE en Madrid significaba, a juicio del lehendakari, que renunciaban a "propuestas que nos dividían y nos enfrentaban", en referencia al Plan Ibarretxe.

Un año después, el PNV se citará en Gernika para pedir el diseño de un nuevo marco jurídico, horas antes de que el Gobierno Vasco rinda tributo al actual.

Hace doce meses, el lehendakari recordaba a ese primer Gobierno Vasco de 1937 en el que nacionalistas y socialistas compartieron responsabilidades, y rememoraba el abrazo mediante el que Carlos Garaikoetxea, entonces del PNV, y Ramón Rubial, líder histórico del PSOE, saludaban la llegada del nuevo marco político hace 32 años.

Hoy Garaikoetxea forma parte de Bildu, que cree superado el Estatuto, y estará en Vitoria para recoger la Cruz del Árbol de Gernika sin una representación oficial de su partido, EA, aunque sí oficiosa. Se queda así sin cumplir el deseo expresado en 2010 por el lehendakari de que "el año que viene todos" celebren el aniversario del Estatuto de autonomía.

Sí se ha cumplido otro de sus deseos, el más importante. "Los vascos llevamos muchos años persiguiendo un sueño; el sueño de vivir sin amenazas terroristas", dijo el 25 de octubre de 2010 López, que defendió la vigencia de la Ley de Partidos hasta que la izquierda abertzale "rompa las cadenas que le unen al terror", un paso que hoy ya es una realidad.

También hubo referencias al PP, que ya el año pasado ataba en corto al PSE con el acuerdo de bases en la mano. Aunque la alianza constitucionalista no haya peligrado realmente en los dos últimos años, las advertencias populares no cayeron en saco roto y López afirmó que actuaría con "serenidad" ante el camino emprendido por la izquierda abertzale, sabedor de "lo caro que se pagan los errores".