vitoria. La presidenta Cristina Fernández camina hacia un contundente triunfo en Argentina, el de su reeleción en primera vuelta, una cita con las urnas que se celebra hoy en el país sudamericano y en el que se espera que la viuda del exmandatario Néstor Kirchner consiga más del 50% de los votos, con una distancia de más de 35 puntos sobre su rival más cercano. Cristina lidera un movimiento político identificado con el apellido de su marido, el kirchnerismo, una variante del peronismo que con toda probabilidad arrasará en estas elecciones y que logrará, incluso, unos resultados superiores a los que obtuvo su ideólogo.

El éxito de la mandataria, que hasta hace un año no era tal, se sostiene gracias a unos buenos resultados económicos y a una poderosa maquinaria estatal, en la que la oposición, dividida y sin un proyecto creíble, ha quedado marginada. "Los argentinos hablan bien de su gestión, pero básicamente lo que la gente siente es que hay una cierta estabilidad económica, que en este país no es poca cosa. La realidad es que la gente no quiere cambiar y, por otra parte, ningún dirigente de la oposición ofrece un proyecto sustentable en el mediano, largo plazo", explica Mariel Forfoni, directora de Opinión Pública de la consultora Management & Fit (M&F). Sin embargo, matiza: "Una cosa es lo que la gente percibe y otra cosa lo que es la realidad. Uno ve que hay una situación de subsidios y otro tipo de cosas que van a ser difíciles de mantener. También una inflación que hasta hoy se está manejando con una subida de salarios. Pero para el común de la gente, la realidad es que hoy se vive una situación, más allá de la inflación, de cierta estabilidad, que creo que es lo fundamental, nada más, ni los casos de corrupción, ni la inflación va a cambiar el voto".

Las últimas encuestas realizadas por M&F prevén un 53% de los votos para Cristina Fernández, un 12,4% para el gobernador socialista de la provincia de Santa Fe, Hermes Binner, y un 7,8% para el radical socialdemócrata Ricardo Alfonsín, hijo del expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989). Otros sondeos otorgan a la mandataria entre el 51% y el 55,4%. "Hay que tener en cuenta que estamos votando ante una situación de amenaza de crisis y, en medio de todo esto, la sociedad le va a procurar un 52% de respaldo, lo que quiere decir que la gente cree que ella sabe cómo seguir", coincide Jorge Giacobbe, director de la consultora Giacobbe y Asociados.

Por la diferencia abismal entre el primer y segundo puesto, parece que ningún candidato de la oposición ha logrado convencer al electorado con sus armas elegidas contra el Gobierno: la corrupción, la inseguridad urbana y la inflación -el nivel de vida subió un 0,8% en septiembre y acumula un incremento de 9,9% desde enero, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, aunque las estimaciones de las consultoras privadas duplican los índices oficiales-.

"En la oposición no ha habido ningún proyecto serio, creíble; al revés, ha habido zigzagueos de alianzas, desalianzas. Y en este país, por las situaciones que hemos vivido, la gente valora la estabilidad", apunta Forfoni. La situación de la oposición es más que complicada si se tiene en cuenta que se prevé que el oficialismo recupere también el control de la Cámara de Diputados, perdido en las elecciones de 2009, y que refuerce su exigua mayoría en el Senado.

La economía, según los analistas, crecerá este año un 8% -el PIB crece desde 2002 a un ritmo de entre 6% y 9% anual, una serie histórica casi inédita-. Cristina ha logrado mantener el crecimiento económico, el consumo, la reducción de la pobreza y la creación de empleo. También el sistema de subsidios, que en Argentina tienen como prioridad mantener bajo control las tarifas de los servicios públicos (energía eléctrica, gas natural y transporte) y los precios de determinados bienes agroalimentarios (carnes, harina, etc).

"Distintos campamentos o nichos de argentinos tienen para con esta gestión una sensación de reconocimiento o agradecimiento: los homosexuales (8% de la población), las madres beneficiarias de la asignación universal por hijo, las personas que lograron jubilarse pese a no poder reunir los requisitos tradicionales de ley (dos millones de personas), los que coinciden no por conveniencia sino por orientación política, y los que manteniendo coincidencias y disidencias no encuentran "mejor lugar". Yo diría que son los primeros nichos de adherentes"; explica Giacobbe.

Ya en las inéditas elecciones primarias, la presidenta obtuvo el 50,24% de los votos, muy por encima de sus principales rivales: Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Hermes Binner. Según los analistas, frente a la falta de credibilidad de la oposición, debilitada y fragmentada, Cristina ofrece estabilidad, gobernabilidad y un proyecto de futuro.