Bilbao. Dos días después, ¿cómo valora Lokarri la Conferencia?
Estamos muy satisfechos. Conseguimos los tres objetivos que nos marcamos: contar con la presencia de importantes personalidades, también de la mayor representación política, social y sindical posible y que hubiese una aportación que pudiese ser constructiva en nuestro camino hacia la paz. Ahora estamos, diríamos, de resaca, porque organizar toda la logística en diez días, aunque ya veníamos trabajando?
¿Qué suponen los cinco puntos de la Declaración de Aiete?
(Pausa larga, reflexiona) No me quiero convertir en intérprete de las palabras de los líderes internacionales. Nuestro reto era preparar la Conferencia. La valoramos de manera muy importante porque es una contribución que puede ser fundamental para el futuro de nuestra sociedad pero más allá de eso, la valoración corresponde a los interpelados. Sería importante que se atendiera a las peticiones y más allá de eso, nos deberíamos quedar en el hecho que ellos mismos han resaltado, y es que la solución a nuestros problemas nos corresponde a nosotros.
Un día después de la Declaración, "comparecencia solemne" de la izquierda abertzale. Como coordinador de Lokarri, ¿cómo ve el escenario tras este paso?
Creo que estamos en un momento en el que, a falta de un posible comunicado de ETA, la violencia en nuestra sociedad se ha terminado. A día de hoy, todas las fuerzas políticas piden a ETA que ponga final a la violencia de manera definitiva e irreversible y creo que estamos muy cerca de esa situación.
¿Cree que ETA se avendrá a ese primer punto de la Declaración?
No sé lo que va a hacer ETA exactamente, pero tengo el mismo convencimiento que tuve tras la presentación de la Declaración de Bruselas (marzo de 2010): tarde o temprano, ETA tendrá que atenerse al llamamiento realizado, uno, porque lo pide la parte de la comunidad internacional que apoya este proceso de paz y eso es algo muy potente de cara a que ETA pueda atender al llamamiento; en segundo lugar, porque como dijo ayer (por el martes) Ezker Abertzalea también ellos se suman a la Declaración y, en tercer lugar, porque es la totalidad de la sociedad vasca quien se lo pide así.
Entiendo que no contempla la opción de que ETA no atendiera al emplazamiento.
Repito que no sé lo que va a hacer, pero ante tamaño nivel de peticiones, por calidad y cantidad, creo que ETA tendrá que terminar por aceptar.
La Conferencia ha sido criticada, sobre todo tras su celebración. ¿Cómo valora la posición del PP?
Soy muy respetuoso con su decisión de no venir a la Conferencia. Son un partido importante en la sociedad vasca y tienen la total legitimidad para decidir en qué participan. Me hubiese gustado que hubiesen estado, aunque sea para expresar su disconformidad. A partir de ahí, ha habido algunas palabras fuera de tono, como las de González Pons, pero valoro la prudencia con la que se han manifestado tanto Antonio Basagoiti como Mariano Rajoy. Mantengo la esperanza de que, con todas las diferencias que pueda haber con las personalidades internacionales, el PP pueda ser un actor constructivo en este proceso hacia la paz.
Ha habido medios que han cargado contra la Conferencia, Currin o Lokarri. ¿Qué es lo que más le ha dolido?
Puede ser repetitivo, pero me muestro muy respetuoso con todos aquéllos que sean críticos contra la Conferencia, no pretendíamos que hubiese un coro de alabanzas sin críticas. Ocurre que en algunos casos se ha llegado a decir cosas insultantes. Por ejemplo, el hecho de que se nos acuse de estar al servicio de ETA. No solamente por las personas que participan en Lokarri, sino por mí también, me parece un insulto. Llevo desde los 15 años, más de 20, manifestándome en contra de la violencia de ETA.
El PP no estuvo el lunes, pero sí algunas víctimas. ¿Cómo lo vivió?
Sin poder dar más detalles para no comprometerles, el domingo, en los actos preparativos de la Conferencia, invitamos a asociaciones de víctimas que declinaron la asistencia. A partir de ahí, cuando llegaron estas víctimas, lo que transmití a mis compañeros de Lokarri era que si querían entrar, estaban en su derecho, que podían entrar y que les organizaríamos una reunión con los asistentes. Las personalidades no se podían reunir porque estaban deliberando y tenían alguna reunión privada con algunos partidos. Intentamos tratarles con respeto, porque tienen cosas importantes que decir, pero entiendo que la herida que tienen ellos es muy grande.
En el proceso de 2006 ya estaba contemplada una conferencia de paz, pero ¿cómo surge la idea de celebrar la que tuvo lugar el lunes?
Tras la presentación de Bruselas, se ha desarrollado un trabajo intenso a nivel internacional para conseguir más apoyo y más ámbitos al proceso de paz, como los de Jimmy Carter, Tony Blair o el senador Mitchell (conocidas ayer mismo). Esta idea se barajaba desde hace unos meses, tanto por parte de las personalidades interesadas en lo que ocurre aquí como por el propio Grupo Internacional de Contacto, que si se daban las condiciones buenas y surgía la oportunidad? En el último mes ha cuajado la idea.
Brian Currin resaltó a tres personalidades vascas importantes en este proceso: Jesús Eguiguren, Iñigo Urkullu y Arnaldo Otegi. ¿Han contribuido ellos a poner en marcha esta Conferencia?
La organización de la Conferencia, hasta hace 15 días prácticamente, no se ha tratado de manera directa: o tienes la completa seguridad de que puedes organizarla bien o mejor ser muy cauto. Sí quisiera destacar que durante estos dos años, ha habido personas que nos han ayudado mucho en este trabajo, no solo en el ámbito internacional, en superar una etapa marcada por la incomunicación y el bloqueo. Una de ellas ha sido Jesús Eguiguren. Ha sido un interlocutor muy valioso para ir conociendo las posiciones del PSE. En segundo lugar, los actuales líderes de Ezker Abertzalea han sido personas que han colaborado y han tenido un papel importante. Y, en tercer lugar, el propio Urkullu ha sido un agente activo en este tiempo, porque tenía una capacidad de ejercer de puente entre personas y sectores que estaban incomunicados como el PSOE, el Gobierno, el PP, la propia Ezker Abertzalea?
El ministro del Interior, Antonio Camacho, y el posible próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, calibraron ayer sus declaraciones y se limitaron a, de manera indirecta, suscribir el primer punto de la Declaración de Aiete. ¿Motivos para la esperanza?
Les tengo por personas inteligentes, si no, no ocuparían esas responsabilidades, así que habrán medido lo que han dicho. Me parece positivo.
En las primeras horas tras presentar la Conferencia, hubo una polémica en torno al lehendakari y si se le había insistido. Además, Lakua se reunió con Annan el mismo lunes. ¿Cómo ha vivido estas dos situaciones?
Tampoco quiero hacer grandes comentarios. Organizar esta Conferencia y lograr la representación que se ha logrado ha sido cosa de mucho trabajo y grandes equilibrios, de negociar, consensuar y acordar muchos de los aspectos de la Conferencia y a partir de ahí, me quedo con la foto de la participación tan importante y plural.
¿Cuáles han sido las principales dificultades al organizar la Conferencia?
Reunir un elenco de personalidades potente y a la altura de las expectativas, las cuestiones logísticas y la intensa labor de contraste y consenso con los principales partidos para atar detalles del desarrollo de la Conferencia. Son unas negociaciones no tan conocidas pero que requieren un esfuerzo muy grande.
¿Cómo se gestiona la llegada de Annan o Ahern?
Hemos contado con personalidades internacionales que tienen contacto con ellos.
Hay quien les acusa de haber venido a Aiete previo pago.
No, no, evidentemente no han cobrado por estar aquí. En la financiación somos transparentes: todos los desplazamientos se los han costeado ellos, tienen sus fundaciones, recursos, etc. y se lo han gestionado ellos. Nosotros hemos gestionado los gastos que supone la organización en sí de la Conferencia. Durante estos días me han llegado preocupaciones en cuanto a la financiación, que aparecían locuras como que había pagado el Ministerio de Interior? Los viajes se los han pagado ellos y lo que es aquí la Conferencia, nosotros, a la espera de que las fundaciones internacionales puedan hacer alguna aportación.
Resulta difícil creer que la Declaración se gestara en una hora.
No, no, no, tampoco vamos a engañar a nadie. Ha habido tres grandes fases. La primera se desarrolla desde hace meses, cuando éstas y otras personalidades se han interesado por lo que estaba pasando y han recabado información. Una segunda, de la última semana, que ha sido completar la idea que tenían con propuestas de los agentes que iban a participar en la Conferencia; y luego, tras oír a los asistentes, darle cuerpo a la Declaración.
Hablaba de esos detalles de última hora entre partidos. Querrían conocer por dónde iría la Declaración.
Supongo, pero yo no he comentado este tipo de detalles con ellos. Tenía el conocimiento de una reflexión general de los líderes sobre lo que acontecía aquí, pero no conocía qué puntos estaban barajando.
La cita empezó con un lunch. ¿Cómo fue el ambiente?
Bueno y lo inédito es que se han producido encuentros entre personas y organizaciones que hace tiempo que no se encontraban.
Las delegaciones de la izquierda abertzale y la del PSE, codo con codo.
Es una cuestión más protocolaria y de representación con las dificultades que conlleva que Ezker Abertzalea esté ilegalizada. Hubo que gestionar bien esos temas...
Los seis líderes mantuvieron reuniones privadas con algunas delegaciones. ¿Cómo fueron?
Lo ignoro totalmente. A la salida les pregunté a ver qué tal y la valoración de todos fue positiva. Me pidieron a ver si podían tener unos minutos con cada uno de estos partidos, entendiendo que son muchos y que es imposible reunirse con todos?
Con PNV, PSE e izquierda abertzale, ¿no?
Sí, reunirse con todos era imposible, pero estaban muy interesados en, antes de cerrar la deliberación, conocer la aportación de cada uno.