vitoria. El Gobierno Vasco ha delegado en el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona y asesor del Memorial Democràtic de Catalunya Ricard Vinyes la elaboración del proyecto del futuro Instituto de la Memoria y la Tolerancia, un órgano que coordinará los diferentes centros que honrarán a las víctimas de la violencia política en Euskadi.
Según ha podido saber DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, Vinyes lleva trabajando desde el verano en la creación de ese instituto, que como mencionó el lehendakari López en su discurso durante el debate de Política General, persigue "el doble objetivo de coordinar los diferentes centros y acciones para recordar a las víctimas, para gestionar la memoria de manera inclusiva y sin equiparaciones, y fomentar el relato de lo ocurrido".
El historiador, nacido en Barcelona en 1952, es un experto en memoria histórica y ha publicado diferentes libros y artículos sobre el tema, como Presas políticas, El daño y la memoria, Irredentas: las presas políticas y sus hijos en las cárceles de Franco, Las desapariciones infantiles durante el franquismo y sus consecuencias o La memoria como política pública.
La iniciativa de crear un instituto que aglutine a diferentes centros autónomos de la memoria, que cuenta con el aval de los principales grupos parlamentarios, seguiría el modelo, precisamente, del Memorial Democràtic, una institución que coordina la red centros temáticos -de la República, del exilio, de la lucha antifranquista o de la Guerra Civil- que en Cataluña recuerdan a diferentes grupos de víctimas, y que los partidos políticos vascos y el propio Gobierno tuvieron oportunidad de visitar a mediados del pasado mes de julio.
El modelo elegido tiene en Euskadi un valor especial, por cuanto permitiría recordar en igualdad de condiciones, pero por separado, a diferentes colectivos de víctimas, precisamente en un momento en el que PP y UPyD presionan para evitar la equiparación entre los afectados por ETA y las personas que han sido objeto de abusos por parte de las fuerzas de seguridad, o los reprimidos por el Franquismo.
iguales ante la ley La creación de diferentes centros permitiría evitar, además, que se rinda tributo en un mismo espacio a las víctimas de ETA y el GAL, dos grupos que, en algunos casos, no pueden convivir como un único colectivo, al menos a día de hoy. Unas y otras víctimas tienen exactamente el mismo derecho a la memoria según la Ley de Reparación de 2008, pero aún así se antoja complicado recordar en una misma sala, acudiendo a un ejemplo extremo dentro de un colectivo extraordinariamente heterogéneo, a Joxean Lasa, a Joxi Zabala y a Melitón Manzanas.
A mediados del pasado mes de julio, los grupos parlamentarios vascos y el Departamento de Interior buscaron respuestas a este tipo de contradicciones en el exterior, dado que no es la Comunidad Autónoma Vasca el único lugar de Europa donde las instituciones se han encontrado con esta clase de problemas a la hora de cerrar las heridas abiertas en sus sociedades.
En concreto, la delegación vasca viajó a Berlín, donde visitaron tanto el centro que recuerda los crímenes del nazismo como el que rinde tributo a los represaliados por la RDA, dos espacios diferentes para dos tipologías de víctimas que, en muchos casos, no querían compartir un espacio común. De Berlín se viajó al Memorial del Exilio de la Jonquera, donde se recuerda el éxodo hacia Francia de miles de huidos de la Guerra Civil, y que forma parte de la red que gestiona el Memorial Democràtic al que asesora Ricard Vinyes.
Con lo aprendido en esas visitas y con el asesoramiento del profesor catalán se ha consensuado una línea de actuación que ya avanzó el lehendakari en el discurso del 22 de septiembre y que es fruto del trabajo realizado por los grupos parlamentarios durante los últimos años.
"Vamos a planear la creación de este instituto desde la pluralidad, desde el reconocimiento de las diferentes violencias sufridas, pero sin renunciar a la verdad de los hechos", dijo López, quien ubicó la clave del éxito de la iniciativa en "separar la verdad de los hechos de las experiencias vividas". Se trata de encontrar "un consenso social mínimo que nos ayude a asumir nuestro pasado", y que a la vez respete el sufrimiento de cada víctima. "La experiencia vivida por la sociedad vasca amenazada, la experiencia de los familiares de las personas asesinadas por ETA, la de una persona que fue torturada, o la de las personas que frente a la violencia ejercida contra los demás se refugiaron en el silencio son experiencias múltiples que tendremos que aprender a compartir", señaló el inquilino de Ajuria Enea.
La creación de un Instituto de la Memoria y la Tolerancia, que podría constituirse bajo el formato del patronato y aglutinar así a las diferentes instituciones vascas, permitirá, sin dejar a nadie en la cuneta, separar esas diferentes "experiencias vividas" y salvar el debate sobre la equiparación entre unas y otras, cuya bandera han tomado no sólo el PP y UPyD, sino la AVT o Dignidad y Justicia.