El escaño vacío ya suele generar envidias. Un diputado puede faltar a su trabajo, con bastante afluencia, por cierto, y no recibir ni un toque de su jefe diciéndole: "Oye, a trabajar, ¡ya!". Pero si a eso se le suma el sueldo, que cobran sí o sí, la envidia es absoluta. Y si para colmo de los colmos, se elevan las miras a un rango superior, el de los ministros, cualquiera imaginaba ya, antes de que el BOE lo hiciera ayer oficial, que formar parte del Gobierno español es, cuanto menos, rentable.
Al menos, eso parece después de que el Boletín Oficial del Estado publicara el patrimonio, incluyendo bienes y derechos provenientes de herencia familiar, de los exministros y exsecretarios de Estado que han accedido o han abandonado sus cargos a lo largo del último año, en cumplimiento de la Ley de Regulación de los Conflictos de Intereses de los Altos Cargos, en el último día de plazo previsto por la norma
Así, el particular ranking de los más ricos del Gobierno lo encabeza la exvicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que cuenta con un patrimonio de 744.450 euros. Del total, 323.607 corresponden a bienes inmuebles, mientras que otros 420.843 son de otros bienes. La ex vicepresidenta tiene además deudas por valor de 153.493 euros.
En un segundo y honroso lugar, sólo superada por la exvicepresidenta, se encuentra la secretaria de Estado de Vivienda y exministra, Beatriz Corredor, que cuenta con inmuebles con un valor catastral de 259.624 euros más otros bienes que suman 273.316 lo que supone un total de 532.940 euros, aunque adeuda 232.433 euros.
El podio de los más ricos en La Moncloa lo completa el titular de Trabajo, Valeriano Gómez, que suma un nada despreciable cifra de 504.639 euros, 344.478 en inmuebles y 160.221 en otros bienes. Tiene, además, un pasivo de 18.211 euros.
Palabras mayores Sin embargo, la persona con un mayor patrimonio, y con mucha diferencia, no es un exministro. Se trata del exsecretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, que, mano en el fuego, a más de uno no le importaría tener su patrimonio, valorado en 1.536.243 euros.
Por si alguien más está comenzando a pensar sobre tomar el camino de la política profesional, los siguientes casos le servirán de orientación. Porque queda claro que el dinero está en las secretarías. Nadie osaría rebatir esta afirmación tras el caso de Francisco Ros, pero si encima se le suma el patrimonio de Silvia Iranzo (exsecretaria de Estado de Comercio), que disfruta de un patrimonio valorado en 955.258 euros; o el de Alfredo Bonet, que la sustituyó en el cargo con 783.689 euros. También por encima del medio millón de euros en patrimonio figura Francisco Fabricio, secretario de Estado de Energía, que acumula bienes por un total de 546.202 euros. A buen seguro que ahora sí que todo el mundo se marca el objetivo de alcanzar una secretaría.
Segunda división Jugando en otra categoría -en realidad los anteriores juegan solos-, los últimos en llegar al Gobierno también hacen gala de unos bienes jugosos. La ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, cuenta con bienes por valor de 109.796 euros; a la titular de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, se le atribuyen 422.780 euros; el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ostenta 330.680 euros; y la de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín alcanza los 267.992 euros.
En concreto, para despiezar con una mayor minuciosidad el patrimonio de los gobernantes españoles, Trinidad Jiménez tiene inmuebles con un valor catastral de 89.796 euros y otros bienes por valor de 20.000 euros. Además, acumula un pasivo de 183.854 euros.
Rosa Aguilar, quien fuera ministra de Medio Ambiente, declaró una cifra de 135.110 euros en inmuebles y 287.670 euros en otros bienes y afirma que adeuda 41.231 euros. Es decir, si se realiza una sencilla suma, sus bienes superan ampliamente los 400.000 euros.
Tampoco se queda manco Jáuregui, ministro de la presidencia, que posee 215.858 euros en bienes inmuebles y 114.821 en otros bienes. No tiene deudas, declaró.
Leire Pajín, a pesar de no ser una de las más enriquecidas, declara un patrimonio inmobiliario con un valor catastral de 54.663 y otros bienes que suman 213.329 euros. Debe, eso sí, 78.017 euros.
Tampoco anda mal de dinero la exministra de Medio Ambiente Elena Espinosa, que tiene un patrimonio de 449.649 euros, de los que 94.409 pertenecen a bienes inmuebles y 355.240 a otro tipo de bienes.
Excepción de la regla Pero no todo son grandes fortunas. Aunque a decir verdad, únicamente una ministra no supera la barrera de los cien mil euros. Se trata de la exministra de Igualdad y actual secretaria de Estado, Bibiana Aído, cuya fortuna es la menor y con una diferencia contundente: 48.107 euros. De ellos, 21.415 son inmuebles y 26.692 otros bienes. Aído, además, adeuda 104.971 euros.
Pero todavía falta para terminar este repaso a las fructuosas economías de los gobernantes españoles. Quedan varios excargos que, en la tónica general, se mueven en patrimonios de seis cifras. Valga como referencia el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, que todavía no había aparecido en el texto. El político acumula un total de 380.467 euros en patrimonio, de los que 266.880 son de inmuebles según su valor catastral y 113.587 de otros bienes. No tiene deudas.
Para rizar el rizo, y dejando varios excargos sin publicar, quede constancia de que el segundo peor pagado supera, aún así, los cien mil euros. Como para plantearse ser político, ¿verdad?