Madrid. El Congreso celebró ayer su último pleno de la IX legislatura con una sesión cargada de buenos deseos, agradecimientos y reivindicaciones por parte de los diputados, muchos de los cuales, desde José Luis Rodríguez Zapatero a José Bono, saben que no volverán a ocupar su escaño el próximo año.
A la espera de que un Consejo de Ministros extraordinario apruebe el lunes el decreto de disolución de las Cámaras y la convocatoria de las elecciones generales, el pleno votó ayer las últimas leyes de la legislatura, con el impuesto de Patrimonio como estrella.
El presidente del Congreso cerró la sesión despidiéndose con bromas y cariño de los parlamentarios y pidiendo disculpas por sus "faltas".
Bono tuvo palabras para todos los portavoces, destacó su amistad con los nacionalistas a pesar de sus discrepancias ideológicas y fue especialmente afectuoso con el jefe del Ejecutivo. "Gracias presidente, especialmente por los que no te las den, por lo que hayas sufrido y no esté reconocido, por lo que hayas hecho en favor de España", le dijo.
A la sesión faltaron 6 diputados y uno fue Mariano Rajoy, al que Bono quiso agradecer su "línea de acceso cordial", mientras que a su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamría, le felicitó "por lo que quiere y espera ser", "madre", dijo tras un segundo de silencio que despertó risas.
Desde la tribuna se sucedieron las despedidas y variadas reivindicaciones, como la que protagonizó el diputado de ERC, Joan Tardá, quien aprovechó su intervención en el debate sobre la ley del Museo Reina Sofía para pedir el derecho a la autodeterminación y la libertad de Arnaldo Otegi. "¡Otegi askatu! ¡Aúpa Arnaldo!", exclamó el diputado.