vitoria. Eudel afronta desde hoy una legislatura incierta, con la Ley Municipal que estaba llamada a igualar los ayuntamientos con el resto de instituciones en el aire, y con casi la mitad de los ayuntamientos que la conforman autoexcluidos de sus órganos de dirección. Tras tres meses de debate interno, Bildu ha decidido seguir en la asociación, pero sólo como espectador de las decisiones que tomen PNV, PSE y PP, los partidos que hoy auparán en Durango a la presidencia de la organización a la edil jeltzale de Bilbao Ibone Bengoetxea, que estará acompañada en las vicepresidencias por el socialista José Antonio Santano y el popular Javier Maroto.
Como avanzó DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, el PNV inició el pasado mes de julio contactos con los partidos más importantes para conformar la tradicional lista conjunta en una asociación apartada desde siempre de la pugna puramente política. Los jeltzales se reunieron con la coalición a finales de julio y un mes más tarde no habían obtenido respuesta, por lo que decidieron aceptar la propuesta para elaborar un proyecto compartido que le había planteado el PSE. Y como quiera que en la oferta venía incluida la presencia en las listas del PP, los constitucionalistas lograron en Eudel lo que no lograron llevar a la práctica tras el 22-M en la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián; una entente que evitara la estruendosa irrupción de Bildu en las instituciones.
En este escenario, la coalición -que renuncia con su autoexclusión a tener más representación en el Consejo Vasco de Finanzas- transmite por su parte la imagen de que el PNV, en el fondo, está más cerca de los constitucionalistas que del abertzalismo soberanista del que hace gala desde mayo para no perder terreno ante Bildu de cara a las generales. La lista conjunta negociada por el PNV "desnuda su identidad", denunció la coalición en ese sentido. Así, Bildu ha empujado al PNV hacia el ámbito de influencia del acuerdo de bases, y PSE y PP le reciben con los brazos abiertos. Sin embargo, el resultado de la asamblea general de esta mañana no se deberá únicamente a cálculos electorales de unos o a estrategias y tácticas de otros para arrinconar a la emergente izquierda abertzale. Cada uno esgrime sus propias razones, ligadas sólo al ámbito municipal, para actuar como lo ha hecho. De esta forma, Bildu estará en Eudel, pero no participará en la dirección ni votará ninguna decisión hasta que el organismo se refunde para acabar con el "déficit democrático" del que a su juicio adolece, "utilizada por PNV y PSE por encima de las necesidades de los municipios". Los jeltzales, por su parte, afirman haber buscado de forma honesta la alianza con Bildu, y los socialistas no hacen sino reiterar la oferta que ya hicieron al PNV hace cuatro años.
Pero más allá de estas razones, para comprobar hasta qué punto Eudel pierde hoy representatividad real basta con acudir a los números. Bildu gobierna 106 ayuntamientos, el PNV 93, el PSE 8 y el PP 6, y aunque en la asociación los municipios tienen más votos cuanto más población tengan -y sólo con Bilbao (PNV), Vitoria (PP) y Barakaldo (PSE) la nueva directiva dispone de 85 votos- no es menos cierto que el ganador de las elecciones municipales se limitará a contemplar -y criticar- desde la grada las decisiones de los demás.