El Cairo. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto, que gobierna actualmente el país, anunció ayer que aplicará todos los artículos de la Ley de Emergencia, vigente desde 1981, para evitar disturbios como los de anoche en la Embajada israelí de El Cairo.

Tras una reunión de urgencia entre la cúpula militar y el Gobierno, el ministro de Información, Osama Hekal, precisó que las fuerzas de seguridad adoptarán a partir de ahora todas las medidas contra los actos de violencia, incluido el derecho a la autodefensa.

En un comunicado difundido por la agencia estatal Mena, el ministro destacó que la Ley de Emergencia se mantendrá, a pesar de que iba a ser suspendida próximamente para atender una de las principales reivindicaciones de la Revolución del 25 de Enero.

Entre las consecuencias de la aplicación de esta norma, están el juicio ante el denominado Tribunal del Estado de Emergencia de todos los detenidos o implicados por instigar o participar en actos violentos.

Las máximas autoridades egipcias consideraron que el ataque a la sede diplomática israelí, que llevó a su embajador, Yitzhak Levanon, a regresar a su país, fue un acto "inaceptable que ha perjudicado la imagen y los intereses egipcios ante la comunidad internacional".

"Egipto reafirma su total compromiso con los acuerdos internacionales, incluida la protección de todas las misiones extranjeras en territorio egipcio", apuntó Hekal.

El encuentro de urgencia estuvo liderado por el jefe de la junta militar, el mariscal Husein Tantaui, y el primer ministro, Esam Sharaf, quienes analizaron el estado de la seguridad.

"Egipto fue escenario de un día crítico que causó dolor y preocupación a todos los egipcios ya que las conductas de algunos amenazaron la revolución egipcia y dañaron el respeto al Estado dentro y fuera del país", sostuvo Hekal.

Los altos cargos militares y del gobierno interino coincidieron en que Egipto se encuentra en una "circunstancia excepcional que requiere utilizar firmes medidas legales" después de que, a su juicio, algunos manifestantes "aprovecharon la contención de las fuerzas de seguridad para lanzar una provocación sin precedentes".

manifestantes A pesar de la medida tomada por el Gobierno, cientos de manifestantes egipcios continuaron congregados ayer frente a la embajada israelí en El Cairo tras los graves disturbios de la noche del viernes, que causaron tres muertos y más de un millar de heridos, que han puesto en jaque las relaciones entre Egipto e Israel.

Ayer por la mañana, tras horas de tensa calma, volvieron a producirse más choques de forma esporádica entre manifestantes y las fuerzas de seguridad frente a la sede diplomática, ubicada en los últimos pisos de un edificio situado en el distrito de Giza, en la ribera oeste del río Nilo.

En los aledaños, los restos de vehículos y neumáticos carbonizados reposaban junto a los tanques y camiones del Ejército y la Policía desplegados, que seguían en alerta.

Frente a ellos, centenares de personas seguían coreando lemas contra Israel y discutían apasionadamente sobre el futuro de la movilización.

El viernes, unos dos millares de manifestantes se congregaron ante la legación israelí y derribaron el muro, de unos tres metros, que impedía el acceso al edificio. Algunos de ellos ingresaron en el inmueble y desde las últimas plantas arrojaron al vacío documentos, aunque no lograron traspasar la última puerta, detrás de la que se refugiaban seis israelíes que fueron rescatados por un comando especial egipcio, según fuentes oficiales de Israel.

La respuesta diplomática de Israel no se hizo esperar: el embajador israelí en Egipto, Yitzhak Levanon, abandonó el país junto a su familia y personal diplomático.