sopot (polonia). En el mismo día en el que entró en vigor su embargo a las importaciones del petróleo sirio, la Unión Europea apostó ayer por seguir endureciendo las medidas de presión sobre el régimen de Bachar al Asad y por tratar de lograr una condena explícita en las Naciones Unidas.
Tras reunirse con los ministros de Exteriores de los Veintisiete, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, confirmó en una rueda de prensa que el bloque va a seguir estudiando formas de usar su capacidad, por ejemplo por la vía económica, para presionar a Damasco.
La última ronda de sanciones europeas incluye un embargo inmediato sobre el crudo sirio, aunque los países pueden solicitar una moratoria hasta el 15 de noviembre para respetar contratos en vigor, punto exigido por Italia. Esta medida "unilateral" fue criticada por Rusia, pero los Veintisiete no quisieron entrar en polémicas. Además, se añadieron a la lista de sancionados -en la que figuran medio centenar de personas y una decena de empresas- cuatro individuos y tres entidades considerados responsables de apoyar la represión.