TRADICIONALMENTE el otoño es una época de efervescencia política. Acumulada energía tras el parón de agosto, la clase política vasca suele lanzarse a tres meses de actividad frenética, cuyo banderazo de salida lo marcan dos eventos: el Pleno de Política General, por un lado, y el Alderdi Eguna, por otro. Ambas citas aparecen especialmente remarcadas en la agenda este año, en unos meses que se avecinan calientes y plagados de fechas clave.

La versión vasca del Debate sobre el estado de la Nación tendrá lugar el 29 de septiembre, con la promesa del lehendakari de que en esa sesión presentará un plan de empleo interdepartamental, una propuesta para retomar el liderazgo en materia de pacificación, un informe sobre duplicidades en la Administración y un plan de regeneración democrática. Cuatro puntos con los que Patxi López quiere devolver al PSE-EE fuelle electoral y al Gobierno Vasco, ímpetu político, tras el varapalo de las municipales y el goteo preocupante de encuestas.

Yendo por partes, el informe sobre las duplicidades de servicios tiene mucho que ver con otra cita clave de la agenda política, el Consejo de Gobierno de mañana, el primero tras la pausa veraniega en el que el Ejecutivo autonómico aprobará el anteproyecto de la Ley Municipal, cuya remisión al Parlamento estaba prevista para el primer semestre de 2010. El Gabinete López tiene especial interés en la aprobación de esta ley, una de sus banderas de gestión, cuyo proyecto prevé dotar de financiación a los ayuntamientos y especificar sus competencias, además de darles voz y voto en el Consejo Vasco de Finanzas. La premura que impone la crisis para esta ley, un puntal para mejorar la eficiencia del gasto público según los socialistas, chocará con dos obstáculos.

Primero, la gran cita del otoño: las elecciones generales del 20 de noviembre, que impondrán el tradicional periodo de tregua en la Cámara vasca. Segundo, el trámite presupuestario. Las Cuentas vascas tienen prioridad en el Parlamento. El Consejo de Gobierno aprobará el anteproyecto el 26 de octubre y lo remitirá al Legislativo, como es preceptivo, a inicio de noviembre. El grueso de la tramitación llegará en diciembre, con la tranquilidad que le da al Gobierno Vasco el Acuerdo de Bases y el compromiso de apoyo presupuestario del PP que éste recoge. El mismo compromiso que prevé para la Ley Municipal, lo que podría allanar el camino a esta norma.

Fiscalidad y Eudel. Delicados equilibrios

Volviendo al Pleno de Política General pero muy relacionado también con el proyecto presupuestario, López deberá exponer ahí su plan de empleo y también aclarar su propuesta sobre sostenimiento del Estado de Bienestar en su vertiente de financiación, con el agravante de que los datos de recaudación a lo largo de este año no han reflejado las mejoras que se preveía y que, además, las haciendas vascas tienen dos huesos duros a los que hacer frente: el revés del caso Rover y la sentencia europea contra las vacaciones fiscales. Al lehendakari le tocará poner en claro la posición del gobierno respecto a la propuesta de fiscalidad que trasladó a los nuevos diputados generales a finales de julio y que sólo ha encontrado cierto eco en Bildu.

La prueba de fuego será la habitual reunión de mediados de octubre del Consejo Vasco de Finanzas, que fija las bases financieras del proyecto presupuestario vasco. Será la primera reunión de este órgano en la que estarán representadas, nada más y nada menos, que cuatro fuerzas políticas diferentes en dos equilibrios cruzados: izquierda-derecha -PSE y Bildu, por un lado con cuatro votos, frente a PP y PNV, con dos- y abertzales frente a constitucionalistas -PNV y Bildu con dos votos frente a PSE y PP con cuatro-. Delicados equilibrios que se transpondrán a la nueva dirección de Eudel, que celebrará su asamblea constitutiva el 20 de septiembre con la novedad de la fulgurante entrada de Bildu, después de que la coalición soberanista confirmara su intención de formar parte de la Asociación de Municipios Vascos, aunque con la incógnita futura de si revitalizará y cómo Udalbiltza.

Volviendo al trámite presupuestario, en esta ocasión, no intervendrá un factor que ha mediatizado otras Cuentas pasadas: la negociación paralela en Madrid, cuyos plazos son previos a los vascos y en la que el PNV ha desempeñado un papel central en los últimos años. El adelanto electoral de las generales dejará en manos del Gobierno que salga de las urnas el 20-N la elaboración de las Cuentas de 2012, que se aprobarán ya entrado el próximo año, lo que obligará al Estado a iniciar 2011 en prórroga presupuestaria.

Cosas de familia. La vida interna de los partidos

Las generales también han introducido un factor desestabilizador en la vida interna de los partidos. Más concretamente, el efecto que los resultados de las recientes elecciones municipales de mayo pueda, tener sobre el 20-N. Está por ver que influencia tendrá el resultado en la alianza entre socialistas y populares en el Gobierno Vasco. Pero antes, Aralar despejará si camina de la mano de Bildu o no en las generales el 3 de septiembre, lo que puede abrir una nueva crisis para NaBai en Navarra en función de los acuerdos a los que se pueda llegar. Previamente, Aralar y Bildu mantendrán otra reunión tras su primer contacto oficial el martes 16 de agosto.

Ezker Batua, por su parte, afronta las elecciones absolutamente partido en dos tras la polémica negociación postelectoral en Álava. El 1 de octubre el sector madracista tiene previsto celebrar la Asamblea General. El sector aranista la había convocado para el 12 de noviembre, antes de conocer el adelanto electoral.

El PSE-EE atraviesa también su propio impasse tras la debacle sin paliativos que sufrió el 22-M, pero la convocatoria de elecciones para noviembre ha obligado a los socialistas vascos a retrasar su Conferencia Política hasta enero, aunque el PSOE la celebrará el 1 de octubre. La cita está llamada a redefinir el discurso socialista para recuperar el pulso político y electoral, aunque el adelanto de las generales ha trastocado los ritmos iniciales previstos por un PSE que presionó tras las municipales a Ferraz incluso para convocar un congreso extraordinario, con el fin de dar la vuelta a una posición política -que fundamentalmente han ligado a la gestión que se ha hecho de la crisis, aunque en el caso vasco también a la posición adoptado en torno al proceso de paz- que les hundió en las municipales.

El proceso de paz, cuyos hitos de calendario son por razones obvias indefinibles, tiene dos cuentas pendientes de nivel en instancias judiciales. Por un lado, el pronunciamiento pendiente del Constitucional sobre Sortu. Por otro, la sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso Bateragune. Patxi López quiere retomar el papel que el PSE tuvo en otro momento en este ámbito -el de protagonista durante el proceso de Loiola- y en el Pleno del 29 de septiembre presentará una propuesta al respecto. Esto teniendo en cuenta el trabajo pendiente que retomará el 14 de septiembre la ponencia sobre víctimas de motivación política en el Parlamento, con la comparecencia previsiblemente de la directora de Derechos Humanos del Gobierno Vasco.

Enero, entre los días 13 y 15, será también el momento en que el PNV proceda a la renovación de su Ejecutiva, en un paso previo para la designación del aspirante a lehendakari para 2013. El Alderdi Eguna, el último domingo de septiembre, será la salida oficiosa al proceso interno jeltzale, con la apuesta por un nuevo estatus político para Euskadi como leit motiv del nuevo curso. Previamente, los jeltzales esperan lograr que el Gobierno Zapatero cumpla los compromisos adoptados en la anterior negociación presupuestaria en materia competencial, ocho transferencias que quedaron pendientes para el segundo semestre del año: fondo de garantía salarial, crédito y banca, agencias de viajes, ejecución de legislación sobre productos farmacéuticos, seguro escolar, servicios privados de seguridad, ferrocarriles y autopistas.

Pero uno de los puntos calientes del arranque del curso, antes de que llegue el otoño, será la Asamblea de Kutxa que decidirá el 23 de septiembre si entra o no en la fusión fría con Caja Vital y BBK, que harán lo propio una semana antes. Prueba de fuego que vendrá acompañada de una no menos polémica reforma de la Ley de Cajas, aprobada ya en Consejo de Gobierno y a la espera de iniciar su trámite en el Parlamento Vasco.