Buenos Aires. Cristina Fernández se proyecta ya hacia su reelección en los comicios de octubre en Argentina tras su contundente triunfo en las primarias, mientras la fragmentada oposición tiene ahora el desafío de repensar su estrategia con vistas a las elecciones. La presidenta, candidata a la reelección por el peronista Frente para la Victoria, recibió el 50,07% de los votos, con una ventaja de 38 puntos sobre sus contendientes más cercanos, el radical Ricardo Alfonsín y el peronista disidente Eduardo Duhalde, con un empate técnico en el segundo lugar. Si este resultado se produjera en octubre, Fernández resultaría ganadora en primera vuelta.
"Este es un resultado sorpresivo, incluso para el oficialismo, por la magnitud del triunfo", señaló ayer el analista político Jorge Arias, de Polilat. Según el experto, la amplia victoria lograda por Fernández está relacionada con un "voto bolsillo" de electores que apuestan por la continuidad de la bonanza económica -Argentina proyecta crecer este año un 8,2%-. También el analista Alejandro Catterberg coincidió en que la economía fue el factor central del triunfo kirchnerista. "El crecimiento económico del último año y medio es uno de los principales sostenes del gobierno. A esto se suma lo abarcativo de la asignación universal por hijo (para padres desocupados), el aumento del número de jubilados y del monto de las jubilaciones, los planes sociales, subsidios y la obra pública", señaló.
Tanto Alfonsín como Duhalde reconocieron el buen resultado de la presidenta, pero intentaron dirigir su discurso hacia las elecciones de octubre, para las que aspiran a llegar a la segunda vuelta con ella. "Fue el vendaval Cristina", admitió, por su parte, el socialista Hermes Binner, en cuarto lugar con el 10,2% de los votos. Binner se mostró "muy contento" por la cantidad de votos reunidos por el Frente Amplio Progresista que lidera. Además, otros tres candidatos se colaron en la contienda presidencial: Alberto Rodríguez Saá, Elisa Carrió y Jorge Altamira.