Si los políticos españoles tuvieran que pasar un examen suspenderían con toda probabilidad dos asignaturas casi fundamentales para ejercer su profesión: idiomas y el uso de las nuevas tecnologías para comunicarse con los ciudadanos. Al menos así lo creen algunos expertos, que, sin embargo, no consideran imprescindible una titulación universitaria para ser un "excelente político".
Los expertos observan otras carencias en la mayoría de la clase política, como la falta de experiencia laboral -sea cual sea su titulación- anterior a su entrada en la actividad pública, y su poco interés en seguir formándose cuando han alcanzado un cargo relevante. Como los españoles de su generación, una gran mayoría de líderes políticos no domina otras lenguas distintas a la materna ni, por supuesto, el inglés.
Es el caso de los dos principales líderes políticos. Ni el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ni el máximo dirigente del PP, Mariano Rajoy, hablan la lengua de Shakespeare, aunque tienen conocimientos de francés.
Por ello, la presencia de un traductor es habitual en las imágenes de ambos en sus encuentros con mandatarios extranjeros, con los que les resulta más difícil conversar en las reuniones informales o en los pasillos, donde a veces se toman decisiones de calado.
las excepciones No ocurre lo mismo con otros políticos. Entre esos casos excepcionales figuran el senador y presidente fundador del PP, Manuel Fraga, que habla siete lenguas; el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, que conoce cinco, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que habla con fluidez inglés y francés.
De todos modos, algunos expertos, como Norma Bernard, directora del Instituto Jaime Vera de la Fundación IDEAS, opinan que cuando se alcanzan ciertos niveles de responsabilidad, es difícil seguir formándose, también en idiomas.
Pero cuando lo dejan es cuando muchos se atreven con esta asignatura pendiente, como el expresidente del Gobierno José María Aznar, que aprendió inglés, francés e italiano y que, incluso, se atreve a realizar discursos en estas lenguas.
Respecto al otro suspenso de nuestros políticos, las redes sociales, los especialistas insisten en que en la actualidad es más fácil despertar el interés de los ciudadanos desde estas plataformas de internet que desde los escaños.
Aunque el uso de las redes no es generalizado, los políticos españoles intentan ponerse al día y ya hay muchos, como Esperanza Aguirre, la directora de la campaña electoral del PSOE, Elena Valenciano, el diputado de IU, Gaspar Llamazares, o el expresidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que diariamente se comunican a través del Twitter. Unas redes sociales que han desplazado al blog personal con el que iniciaron hace bien poco el contacto con los electores.
La mayoría de los políticos han estudiado una carrera universitaria, lo han hecho en un centro público y la licenciatura más cursada es la de Derecho, especialidad que eligieron, por ejemplo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP, Mariano Rajoy, o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Aunque elegir Derecho o decantarse por una carrera de Ciencias, como hizo el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, no es determinante para ejercer la política, ni siquiera una licenciatura. Por ello, la coordinadora de los Jóvenes de IU, Ester López Barceló, mantiene que hay excelentes políticos sin estudios universitarios, como el coordinador general de su formación, Cayo Lara, que cuenta con estudios generales y era agricultor.
Los expertos destacan que para valorar la formación de un político hay que tener en cuenta su trayectoria social, y actividades como ser delegado de curso en la Universidad o, incluso, dirigir un partido en la clandestinidad.
De todos modos, ha aumentado el número de licenciados dentro de las formaciones políticas, en las que, según los expertos, alrededor de un 70% de los menores de 31 años cuenta con carrera y aproximadamente un 30% ha tenido experiencias académicas en el extranjero. Muchos de los políticos no tienen experiencia laboral fuera de los partidos, ya que cuando concluyen sus estudios se incorporan a sus filas. Los expertos discrepan en este aspecto, pero la mayoría piensa que es negativo.
De esta última opinión participa López Barceló, para quien la actividad laboral centrada exclusivamente en el partido "aleja a los políticos de la sociedad". Por ello, continúa, algunas formaciones políticas mantienen el compromiso de que sus miembros no puedan permanecer indefinidamente en sus cargos y "retomen sus profesiones".
En cualquier caso, a la hora de la verdad los partidos no suelen tener en cuenta la experiencia en uno u otro campo y cuando llegan al poder eligen a los dirigentes más por su fidelidad a la fuerza política que representan que por sus méritos profesionales en el área que van a gestionar, recuerdan los expertos.