vitoria. Tras exprimir las últimas gotas del fruto estatutario durante la negociación de los Presupuestos en la era Zapatero, el PNV busca ahora reencontrarse con su alma soberanista de cara al 20-N. Así lo confirmó ayer el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, en declaraciones a Europa Press al reiterar que su partido luchará para lograr en la próxima legislatura un nuevo estatus político para Euskadi que, tras ser aprobado en el Parlamento Vasco, sea sometido a consulta popular y aprobado en las Cortes Generales.
El espíritu del Plan Ibarretxe sale así del cajón en un contexto en el que, en palabras de Urkullu, se está "enfocando el encauzamiento final del cumplimiento del Estatuto de Autonomía" aprobado hace casi 32 años, lo que hace de éste el momento idóneo para que el "estatus" de autogobierno que definía el texto de Gernika pueda ser "actualizado en función de la voluntad de la sociedad vasca".
alternativa a bildu Tras este guiño soberanista de los jeltzales se adivina la sombra de Bildu, que podría ser tan alargada como para disputarles el liderazgo abertzale. Sobre todo si otras formaciones como Aralar o parte de EB terminan reforzando este proyecto de suma. Sin embargo, preguntado a este respecto, Urkullu aseguró ayer que la formación que dirige "no se va a dejar enredar por los grandes pronunciamientos" de la izquierda abertzale en torno a la autodeterminación y hará su propio camino.
El PNV ha sido invitado a participar de esta gran plataforma soberanista que defenderá en Madrid el derecho de los vascos a definir su futuro. Pero para el líder jeltzale -que ya ha dado por rechazada esta oferta en varias ocasiones-, si bien esta reivindicación es "por supuesto" una "herramienta" que podría ser eficaz, detrás de eso "hay que presentar un proyecto". Y en ese capítulo es en el que los jeltzales pretenden ganar la partida a sus adversarios: tirando de gestión. "El PNV viene trabajando en una iniciativa económica, política y social" denominada Ados, recordó, que se basa en el logro de "un acuerdo compartido con los partidos políticos y la sociedad vasca" que vertebrará su actuación a corto plazo poniendo en valor "el bagaje de crecimiento y fortalecimiento institucional" logrado en los últimos años.
En este sentido, Urkullu lamentó que la izquierda abertzale "siga en el discurso de las grandes palabras sin presentar ningún proyecto concreto". Y ante esta lectura de la oferta de Bildu, contrapuso un discurso "consecuente" con lo que el PNV ha entendido siempre por "construcción nacional", a lo que añadió una reivindicación del pedigrí soberanista de una formación jeltzale que, según subrayó, "incluso desde la aprobación del Estatuto de Autonomía en el año 79" ha defendido que éste era sólo "un primer paso" para avanzar en lo que los vascos quieran "ser en el futuro".