Donostia. La organización de amigos y familiares de presos y exiliados del MLNV, Etxerat, se ha convertido este verano en protagonista de la política vasca. Primero fue por un gestos del diputado general, Martin Garitano, que se acercó a los miembros de la asociación en la festividad del día de San Ignacio en Azpeitia, y por la invitación a dos militantes a la bajada de Celedón en la balconada del Ayuntamiento de Vitoria.
Esto acarreó críticas del PSE-EE y PP. El líder popular en Euskadi, Antonio Basagoiti, calificó a Garitano de "proxeneta de la democracia" y defendió que "hasta los familiares de Breivik (autor de la matanza de Oslo) son menos malos que los familiares de los presos de ETA".
Pero no quedó solo en esto, ya que durante la bajada de Celedón, la sede de Etxerat en Vitoria fue asaltada por unos desconocidos que robaron dos ordenadores y dinero. La asociación, en una rueda de prensa el pasado día 9, relacionó este robo con la "presión política y mediática" a la que han sido sometidos.
Ante esta situación de "hostigamiento", diferentes partidos y sindicatos como EA, la izquierda aber-tzale, LAB, Aralar, STEE-EILAS o Alternatiba quisieron mostrar ayer su solidaridad con Etxerat y rechazar "el asalto" a la sede de Vitoria.
En un comunicado leído por el miembro del sindicato EHNE Iñaki Lazarobaster y la militante de Alternatiba Begoña Besga subrayaron que estos ataques "no tienen cabida en el nuevo tiempo político que se está abriendo en Euskal Herria".
Asimismo, defendieron ayer en Donostia que Etxerat "tiene todo el derecho a denunciar la situación que padecen sus familiares y allegados en prisión". Los portavoces añadieron que tanto la asociación como ellos "están acompañando las palabras con hechos", lo que muestra su voluntad de crear "un escenario" en el que "todos los derechos sean respetados" y pidieron que se valorasen los derechos de los "presos políticos y exiliados".
Respecto a la política penitenciaria, los firmantes del comunicado pidieron que pase de ser "represiva" a parámetros de "resolución democrática". De hecho, exigieron el fin de las vulneraciones que ocurren en prisión "de manera inmediata".
En ese sentido, demandaron, como hizo Garitano en Azpeitia, la "liberación" de los presos gravemente enfermos y solicitaron la derogación de la doctrina Parot, que permite la aplicación "de facto" de la cadena perpetua. En esta línea, también se manifestó el sindicato ELA que quiso solidarizarse con Etxerat. En un comunicado, denuncia "el ambiente de hostilidad manifiesta" que se ha dado contra los familiares de "presas y presos políticos vasco" y contra la asociación, en concreto.
El sindicato recordó que se trata de "una cuestión de derecho" y añadió que también se corresponde con "una demanda social mayoritaria" que viene demandando el fin de la "dispersión" o la política de alargamiento de condenas.