Madrid. Ante las protestas continuadas que están llevando a cabo los indignados desde este pasado martes, cuando 300 agentes de la Policía Nacional y municipal de Madrid desalojaron a los acampados en la madrileña plaza de la Puerta del Sol, PP y PSOE intentan obtener rédito al incluir distintas reivindicaciones del Movimiento 15-M en sus respectivos programas electorales y lanzándose acusaciones mutuamente sobre quién se beneficia de los indignados.

El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, aseguró ayer que el Movimiento 15-M tiene una "oportunidad histórica" para poder influir en los programas electorales de los partidos políticos ante la cercanía de las elecciones generales para añadir, seguidamente, que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, "comparte" algunas de sus ideas.

La regulación de los mercados financieros y de las retribuciones de los altos directivos en instituciones económicas y financieras, la apuesta por el Estado del Bienestar y los servicios públicos o un impuesto para los bancos son algunas de las propuestas que, como detalló Gómez, incluye la propuesta de Rubalcaba y que coinciden con las del movimiento. "Invito a todo el mundo a que se lea atentamente y escuche el proyecto político de Rubalcaba", sugirió.

Además, la coordinadora del Comité Electoral del PSOE para las elecciones generales, Elena Valenciano, avanzó que a su partido le "parecería bien" que el movimiento dispusiera de un espacio desde el que informar y seguir coordinando sus trabajos "de manera tranquila y de forma legal". Sobre esta postura, Rubalcaba escribió en su Twitter: "Apostamos por un acuerdo para que el 15-M pueda tener un lugar estable para informar".

Por parte del PP, su secretario de Comunicación, Carlos Floriano, animó a Rubalcaba, a que ponga una oficina al Movimiento 15-M en la sede del PSOE, en la calle Ferraz, y deje así de "disimular", ya que "los socialistas intentan desde hace tiempo atraer el voto de los indignados.

Asimismo el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, destacó que el Gobierno "no ha sabido manejar policialmente" las protestas del 15-M. También añadió que a diferencia del "primer 15-M", que surgió en la campaña de las pasadas elecciones autonómicas, en el que reinaban propuestas "sensatas", este "otro 15-M" de los últimos días muestra comportamientos con los que "cuesta conciliarse".

También desde el PP, el secretario general en Madrid, Francisco Granados, afirmó que están "planteándose muy seriamente" convocar a sus 90.000 afiliados madrileños en septiembre para manifestarse en apoyo de los comerciantes del entorno de Sol por los graves perjuicios económicos que les está provocando las manifestaciones del 15-M.

Así las cosas, el Movimiento 15-M explicó, en una nota publicada en la tarde de ayer, que sus integrantes sienten "vergüenza ajena" de los políticos españoles y de los "juegos teatrales" de retrasar las vacaciones o "culpar al otro", en relación al cruce de acusaciones entre PP y PSOE. Además, criticaron que por "incapacidad o simple desidia" a la hora de hacer su trabajo, los políticos se limiten "a observar, callar y otorgar legitimidad" a quienes actúan por "simple avaricia, como hacen las agencias de calificación y los bancos internacionales".