Vitoria. Javier Maroto recurrió ayer al Acuerdo de Bases que su formación firmó con el PSE al comienzo de esta legislatura para contener la polémica que está generando la presentación de mociones de condena a ETA en los ayuntamientos vascos. "Deberíamos estar diciendo lo mismo", zanjó, tras confirmar que aplazará la llegada de este debate a la capital alavesa al menos hasta después de verano, tal y como ayer adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

La estrategia que abandera el PP vasco desde la irrupción de Bildu en las instituciones vascas para forzar a esta formación a "retratarse" ante la historia de ETA está alimentando las diferencias que hoy separan a populares y socialistas en un campo que fue tan sustancial en la firma de aquel acuerdo como es la lucha contra ETA y la deslegitimación de todo lo que se denominó su entorno. Y para el PP, Bildu aún no ha demostrado fehacientemente no serlo.

Populares y socialistas discrepan abiertamente sobre esta iniciativa que unos consideran imprescindible para desenmascarar a la coalición soberanista y otros, inútil y electoralista, como denunció el lunes el propio Patxi López.

Sin embargo, al PP de Vitoria no le gusta la soledad y no quiere embarrarse en un debate que le enfrentaría con una formación en la que hasta el momento ha encontrado a un interlocutor eficaz y dispuesto incluso a llegar a acuerdos programáticos, como ha demostrado su entendimiento tanto en el cierre del culebrón del BAIC como en el cambio de ubicación de la futura estación de autobuses.

Así lo evidenció ayer el nuevo alcalde de la capital alavesa, que activó un triple cortafuegos para protegerse de esta polémica estéril. Mostrando su perfil más abierto, Maroto apostó por el diálogo entre diferentes y esquivó el debate llegando a asegurar que no decidirá al menos hasta septiembre "qué es lo que toca" hacer respecto a estas mociones, si bien deslizó una llamada al orden destinada a un PSE al que pidió que acalle sus críticas en virtud del acuerdo por el cambio que mantiene a López en Ajuria Enea y cuyo presente y futuro dejó en todo caso a salvo. "Firmamos juntos un documento para demostrar que la democracia era posible en Euskadi y que se podían hacer las cosas de otra manera", y éste se basa en "esencias muy importantes" como el entendimiento en este campo, aseguró, dejando así una advertencia que compartió su compañero, el diputado general Javier de Andrés, quien pidió al Gabinete López que "colabore" en esta "tarea de exigencia" en la que enmarcó las mociones.

La oposición dirá no Decida lo que decida hacer cuando llegue septiembre, el equipo de Maroto debe saber desde ahora -si no lo sabía ya- que no contará con el respaldo de ninguno de los grupos que conforman su oposición en el Consistorio gasteiztarra y que, si se decide a presentarla siguiendo la doctrina de su partido, defenderá en solitario una moción condenada al fracaso.

Así lo confirmaron ayer a este diario los portavoces de PNV y PSE, mientras que Bildu optó por no pronunciarse hasta saber qué decisión toma finalmente el Ejecutivo municipal a este respecto, si bien cabe recordar que los ediles de la coalión vienen ausentándose de los plenos durante la votación de estas mociones en los municipios en los que ya se ha presentado.

Para Gorka Urtaran, líder gasteiztarra del PNV, la cosa está clara: es "un error reproducir estos debates del pasado" y, por el momento, es por lo tanto "un acierto del alcalde" haber esquivado esta polémica. "Eso sí, siempre que no lo haya hecho por otros intereses municipales", apuntó, aludiendo así al sorprendente entendimiento fraguado en estos primeros compases entre populares y soberanistas que ha proporcionado a Maroto el apoyo que necesitaba para sacar adelante algunas de sus primeras decisiones. "Espero que no presente nunca esta moción, porque sería perverso que se hubiera apoyado sin problemas en Bildu para después cuestionar su validez democrática" participando de esta estrategia, advirtió.

Por todo ello, Urtaran confirmó que el PNV no contribuirá a la conformación de "bloques contra nadie" y que, ante una hipotética moción, defenderá la propuesta alternativa con la que los jeltzales están buscando el consenso en los plenos ya que, a su juicio, éstas iniciativas "cuestionan el pedigrí democrático de la coalición" -pese al aval que ha recibido incluso de la Justicia española-, e incluso podrían afectar al "nuevo tiempo" de esperanza abierto en Euskadi. "Queremos dar carpetazo a este asunto, por lo que esperamos que ni la presenten para no reproducir en Vitoria este debate estéril", concluyó, antes de dar un paso más al frente para pedir "la legalización de Sortu", una vez que sus estatutos se presentan "intachables" en su "condena expresa de la violencia de ETA".

De la misma opinión es el antecesor de Maroto al frente del Ayuntamiento de Vitoria; un Patxi Lazcoz que también confirmó que no votará a favor de la moción si el PP la presenta en la capital alavesa.

Lazcoz explicó que su grupo "no será una excepción" dentro de la estrategia adoptada por su partido ante esta iniciativa del PP y que, por lo tanto, defenderá una "posición propia" que se podría plasmar en las mociones alternativas, más inclusivas, que han salido adelante en la mayoría de los Ayuntamientos con el aval de los socialistas.

Preguntado por la lectura que hace de que Vitoria sea la única capital de la Comunidad Autónoma Vasca donde los populares no han presentado aún esta moción, el dirigente socialista adivinó "un problema interno" del que Maroto, dijo, "tendrá que dar cuenta a su partido". "Deberá explicar en todo caso a los suyos por qué no lo ha hecho aún, siendo como es el representante municipal más cualificado de esta formación", aseguró, recordando así que es el único alcalde de capital que representa al PP en la CAV.

En cualquier caso, quien hasta hace dos meses fue primer edil de Vitoria pospuso también este debate hasta conocer la decisión de Maroto. "Habrá que esperar a ver lo que presenta, si finalmente presenta algo" -deslizó- porque, según aseguró, él no piensa "impulsar una iniciativa de este tipo en ningún caso".