oslo. En un acto celebrado ayer en el Parlamento noruego como homenaje a las 77 víctimas del brutal atentado perpetrado hace dos semanas por Anders Breivik, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, aplaudió la valentía y la apuesta por la democracia de los ciudadanos de su país, y abogó por evitar cualquier "caza de brujas".
"El país entero ha demostrado su capacidad de encontrar el camino correcto" en medio de la tragedia, enfatizó Stoltenberg, en el acto de Estado ante el Parlamento noruego (Storting) en memoria de las víctimas de la explosión del coche bomba en el centro de Oslo y el tiroteo del campamento de las juventudes socialdemócratas.
"Vosotros, los jóvenes, habéis demostrado vuestra determinación a responder al odio con amor. El terror no debe conducir a más odio, sino a más democracia", insistió, dirigiéndose a las juventudes socialdemócratas, objetivo de la matanza en la isla de Utøya, donde centenares de adolescentes asistían a su acampada anual.
"Ardió el mapa. La brújula reventó en pedazos. Podíamos habernos vuelto locos, pero los noruegos supieron encontrar el camino de regreso a casa", aseguró Stoltenberg. En línea con esa apertura y respeto, Stoltenberg abogó por evitar iniciar ahora una "caza de brujas" ideológica y reiteró que todas las opiniones tienen cabida en democracia, pero no la violencia, en referencia al autor confeso del doble atentado, el ultraderechista católico e islamófobo Anders Behring Breivik.
"Quiero pedir que no empecemos ahora una caza de brujas", aseguró el primer ministro noruego tras apuntar que muchos comentarios, de unos y otros, podían haberse hecho "de otra forma".
Además, Stoltenberg declaró el 21 de agosto el día nacional para conmemorar a las víctimas del doble atentado.
Fue un acto solemne, presidido por el rey Harald y el príncipe heredero Haakon y con participación de un centenar de damnificados, acorde al talante contenido y emotivo que ha marcado todas las expresiones de recuerdo a las víctimas estos días. También de acuerdo a esa tónica, estuvo dominado por la llamada a la cohesión nacional, entre muestras de apoyo a Stoltenberg, dentro y fuera del hemiciclo.
Ante los accesos al Parlamento se leían pancartas con frases como "Jens Stoltenberg. Takks for varm, Ledelse Vetter, Jens Stoltenberg, gracias por el calor, padre de la nación", entre las flores, velas y otros mensajes.
La gestión de la crisis y la cercanía que ha transmitido en la tragedia ha disparado la popularidad de Stoltenberg, que según una encuesta publicada el lunes por el rotativo Dagbladet obtendría ahora el 40% de los votos, frente al 33,5% de las generales de 2005.
La próxima cita con las urnas es en septiembre, en los comicios municiales, y entonces se comprobará si se ha detenido en Noruega el hasta ahora imparable auge del populismo islamófobo del norte de Europa.