Vitoria. Las escandalosas negociaciones de puestos y dinero acontecidas en Álava han puesto de manifiesto, sobre todo, la falta de escrúpulos de dirigentes de Ezker Batua, pero también han abierto la espita pública de un partido fragmentado desde hace dos años.
La búsqueda de soluciones no parece tarea fácil para el coordinador general, Mikel Arana, y el sector crítico con su gestión bautizado como los madracistas. Ni el fondo ni las formas. Ninguna de las partes se preocupa ya por disimular una guerra abierta que nadie sabe cómo ni cuándo finalizará.
Después de que el ex diputado general alavés, Xabier Agirre, desvelara en el Pleno de Investidura las ambiciosas y nada programáticas exigencias puestas sobre la mesa -B- por dirigentes de Ezker Batua, ahora toca depurar responsabilidades, pero tampoco se prevé consenso en esta tarea pendiente. El abandono de Javier Madrazo, el supuesto líder de la cúpula en la sombra, no parece -tal y como él mismo relató en su despedida bloguera- haber calmado un ápice las agitadas aguas en el partido progresista.
El último episodio llevó ayer a la mitad de los miembros de la Presidencia -un nuevo ejemplo de la paridad entre ambos sectores- a denunciar que el coordinador general había celebrado un encuentro de este órgano sin convocarles. La conclusión a la que llegaron los firmantes son dos: que el encuentro, así como las conclusiones a las que pudiera llegar la mitad de la cúpula "carece de legitimidad" y que Arana, al que acusan de perpetrar esta reunión clandestina, "se sitúa fuera de la organización", paradógicamente el mismo lugar donde el líder de EB posiciona a quienes han negociado en nombre del partido puestos y dinero a cambio de los dos votos que esta formación conserva en las Juntas Generales de Álava.
Arana niega la mayor, y según transmitió ayer a la agencia Europa Press, la paralización de la actividad parlamentaria -es el único representante de EB en el Legislativo autonómico- le permite reunirse con "diferentes militantes" con el objetivo de analizar el "avance de ciertos temas del partido". "En ningún caso fue una reunión de Presidencia orgánica, y es más, no se tomó ninguna decisión, porque ninguna decisión se podía tomar, puesto que no era un órgano", afirmó el líder político.
Pero la respuesta no convence a las críticos, que mantienen su intención de convocar el Consejo Político -el máximo órgano del partido entre asambleas- para el próximo martes con el objetivo de valorar las negociaciones alavesas. Un encuentro al que Arana no asistirá al no compartir la forma en la que se ha convocado y desconocer "cuál es el orden del día y qué es lo que se pretende".
Y mientras, la Permanente de Álava reunirá hoy a sus 15 miembros para analizar la posible apertura de expedientes sancionadores a los representantes en las citadas negociaciones, Kontxi Bilbao y David Lozano, así como a las junteras Nerea Gálvez y Merche Echezarreta, y al exportavoz de EB en Vitoria, José Navas.