MADRID. Otegi, que ha vuelto a ser juzgado por estos hechos después de que el Supremo ordenara la repetición de la vista oral por falta de parcialidad del tribunal que le condenó a dos años de cárcel en marzo de 2010, ha explicado que acudió a Amorebieta, como "máximo referente de la izquierda abertzale", para dar "un mayor realce" al acto y denunciar que el caso de Sagarduy constituía "un escándalo jurídico, político y humano".

"La cárcel es muy dura para todo el mundo, todo el mundo debería ser consciente de lo que es pasar 24 horas en la cárcel", ha señalado el ex portavoz de Batasuna, que permanece en prisión desde octubre de 2009, antes de explicar que no tenía la intención de ensalzar la figura del ex preso cuando participó en una ofrenda floral.

"Yo tengo la costumbre de tirar un clavel rojo a todos los funerales a los que asisto, desde mi familia hasta los del Partido Popular o el Partido Socialista. ¿El que yo haga ese gesto significa que tenga algún tipo de connivencia ideológica? Es una forma de expresar el respeto", ha dicho.

"POLITICA PENITENCIARIA CRUEL" Otegi también ha explicado que acudió el acto invitado por la compañera de Sagarduy y con el único objetivo de "reivindicar su libertad" y denunciar una política penitenciaria que consideraba "cruel". De igual modo, ha explicado que no estuvo pendiente de los detalles organizativos del acto sino que se limitó a preparar su discurso en un momento en el que se estaba preparando "la puesta en marcha de un proceso de diálogo con el Gobierno".

"No soy fino jurista pero se realizó un acto denunciando la situación de un ciudadano de Amorebieta y pidiendo su libertad, yo no entiendo que eso sea un homenaje", ha dicho Otegi a preguntas de su abogada, Jone Goirizelaia, ya que se ha negado a contestar las cuestiones de la fiscal Blanca Rodríguez y de las acusaciones populares.

Tras apuntar que no tiene sentido realizar "un acto de enaltecimiento" a un etarra cuando "en aquellas fechas se estaba promoviendo un espacio de comunicación y diálogo" con el Ejecutivo, ha explicado que comparó a Sagarduy con Mandela porque ambos estuvieron 25 años encarcelados. "Era una idea sugerente porque una situación absolutamente enquistada como la sudafricana se había podido solucionar con diálogo y negociación --ha explicado--. Las situaciones absolutamente enquistadas que parecen irresolubles se solucionan por la vía del diálogo y la negociación".

DELITO DE ENALTECIMIENTO El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ha advertido a los abogados de las partes antes de comenzar sus interrogatorios que no iba a aceptar "ninguna pregunta que no se refiriera a nada que no esté relacionado con el objeto del procedimiento".

El fiscal pide que el ex portavoz de Batasuna sea condenado a 18 meses de cárcel por un delito de enaltecimiento del terrorismo. El Foro de Ermua y Dignidad y Justicia (DyJ), que ejercen la acusación popular, solicitan dos años de cárcel por este delito después de que al comienzo de la vista oral hayan retirado la acusación por asociación y reunión ilícita.

Otegi fue condenado en marzo de 2010 a dos años de prisión y 16 de inhabilitación por estos hechos. No obstante, el Tribunal Supremo anuló la sentencia al considerar que el tribunal de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal incurrió en una falta de imparcialidad, ya que la presidenta del tribunal, Angela Murillo, preguntó al dirigente de la izquierda abertzale: "¿Usted condena rotundamente la violencia?". "No voy a contestar", dijo, a lo que la juez replicó: "Muy bien, ya lo sabía".

En el acto dedicado a Sagarduy, Otegi elogió "la lucha llevada a cabo por los presos vascos" y comparó al preso etarra con Nelson Mandela, al considerar que "igual que él lucha contra la injusticia por conseguir un escenario democrático". "El colectivo de presos (los luchadores vascos), como Mandela, conoce la cárcel, la represión, el sufrimiento, el compromiso, la lealtad y la disciplina, y gracias a su entrega traerán la democracia y justicia a Euskal Herria", señaló.