A finales de marzo expiraba el plazo que la UE se había dado para levantar las restricciones que impiden a los pasajeros llevar líquidos en los equipajes, no obstante la Comisión Europea decidió mantenerla por un 'plazo limitado'. Las medidas de seguridad adoptadas desde que en 2006 las autoridades británicas detectaran un intento de atacar un avión utilizando líquidos debía haber finalizado en 2010, posteriormente se alargó a 2010 y luego a 2011. La Comisión Europea afirma que estudia la manera de relajar las medidas, algo que tras el anuncio de EEUU de haber detectado planes de perpetrar atentados con medios cada vez más sofisticados va a tener muy difícil. Estas incomodidades para los pasajeros no preocupan a las aerolíneas quienes apoyan la utilización de los escáneres más sofisticados para detectar a los posibles terroristas. El principal argumento de los mandatarios europeos es que no tiene sentido relajar las medidas en Europa mientras otros países las mantienen ya que eso sólo contribuiría a confundir a los pasajeros. Este argumento cobra solidez tras el anuncio de Washington de que adoptará nuevas medidas.