santiago de chile. El periodista y escritor Eduardo Labarca dio a conocer ayer los nombres de los pilotos que bombardearon el Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973, durante el golpe militar que terminó con el gobierno socialista de Salvador Allende. La residencia presidencial acabó presa de las llamas por efecto de las bombas lanzadas desde los aviones. El escritor publicó los nombres tan solo 24 horas después de que el juez Mario Carroza, que investiga las causas de la muerte del extinto mandatario (1970-1973), interrogara al jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Fernando Matthei, quién negó conocer las identidades de los pilotos que llevaron a cabo el ataque.

En una columna publicada el miércoles en el diario electrónico El Mostrador, Labarca da los nombres y describe con detalles inéditos el ataque de los aviones cazabombarderos Hawker Hunter que destruyeron la parte norte del edificio, sede del Ejecutivo.

el autor del primer disparo El escritor chileno relata que el primer disparo lo hizo el teniente de 24 años Ernesto Amador González Yarra, cuyo nombre de combate era Pekín y que era famoso por su talento de piloto y certera puntería.

"González logró perforar la puerta principal de La Moneda con precisión, motivo por el cual gozó de gran prestigio" en la FACH hasta su muerte, en 1995", precisó.

"El segundo avión que atacó La Moneda iba pilotado por Fernando Rojas Vender, nombre de combate Rufián, quien llegó a ser comandante en jefe de la institución armada entre 1995 y 1999.

Labarca desvela en su columna que el ataque fue coordinado desde tierra por el operador aéreo, el comandante Enrique Fernández Cortez Gato. El autor del libro Salvador Allende. Biografía Sentimental, dijo que recopiló estos datos mediante entrevistas realizadas a finales de los 70 en Inglaterra y Escocia a dos oficiales y 18 suboficiales de la FACH y de la Marina que habían sido detenidos, torturados y expulsados de esas instituciones por no estar de acuerdo con el golpe militar. Aseguró que ellos mencionaron los nombres de los pilotos de los cazabombarderos Hawker Hunter que salieron del aeropuerto Carriel Sur, en la ciudad de Concepción, con la misión de destruir las antenas de las radios que apoyaban a Salvador Allende y disparar sus cohetes contra La Moneda y la residencia presidencial de Tomás Moro, en Santiago.

un coronel lideró la operación Labarca narra en su columna que el oficial líder de la operación fue el coronel Mario López Tobar (nombre de combate Libra), comandante del Grupo 7 y piloto del Avión 1, quien años más tarde escribió un libro sobre la jornada, pero sin dar nombres.

Cuenta que el ataque comenzó con el bombardeo de cinco antenas, en el que participaron el propio López Tobar y otros tres aviones.

Los otros dos aviones se elevaron a tres mil pies de altura y mientras volaban sobre la Estación Mapocho, situada a unas diez manzanas del blanco, dispararon contra La Moneda sus cohetes antiblindajes Sura P-3, en cuatro pasadas.

Labarca sostiene en su columna del diario electrónico que hay discrepancias en torno a la hora exacta del ataque a La Moneda.

Según el coronel López Tobar, comandante de la operación, comenzó pocos minutos antes de las 11.30 horas (15.30 GMT), mientras el almirante Patricio Carvajal, jefe del estado mayor del golpe, situó el ataque entre las 11.52 horas (15.52 GMT) y las 12.08 horas (16.08 GMT).

El general Gustavo Leigh, entonces comandante en jefe de la FACH, dijo que el ataque tuvo lugar "después de las 12.00 horas (16.00 GMT)".

La investigación de la muerte de Salvador Allende, surgió de una de las más de 700 querellas presentadas hace algunos meses ante la Justicia chilena para aclarar casos relacionados con eventuales violaciones a los derechos humanos que no han sido indagados anteriormente por la Justicia. Allende, según la versión más difundida, incluso por testigos presenciales, se quitó la vida en su oficina mientras La Moneda ardía por los cuatro costados, pero también hay versiones que aseguran que fue acribillado por los militares o que alguno de sus colaboradores le disparó un tiro de gracia.

Para poder desvelar todas esas incógnitas, la Justicia chilena ordenó la exhumación de los restos del presidente para que fueran examinados por un comité internacional de forenses, cuyo trabajo ya ha finalizado y del que únicamente resta conocer cuáles son sus conclusiones.