vitoria

Si no verso a verso, sí golpe a golpe se ha forjado la trayectoria política del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien tras fracasar en un intento golpista y sufrir otro en sus propias carnes, se enfrenta ahora al embate del cáncer, enfermedad que ha admitido padecer poniendo fin a las numerosas especulaciones sobre su estado de salud.

Hijo de dos maestros de escuela, segundo de seis hermanos, Hugo Rafael Chávez Frías nació el 28 de julio de 1954 en Sabaneta, un pequeño pueblo del estado de Barinas, a los pies de los Andes. De su humilde casa de adobe partió siendo un niño para criarse con su abuela paterna, cuyos dulces y frutas se encargaba de vender.

Monaguillo y autor de varios cuentos y obras de teatro, poseía, además, inclinaciones por la pintura y la música. Su gran pasión, sin embargo, era el béisbol y precisamente con la intención de labrarse una carrera deportiva, ayudado por el entrenador del equipo de la Academia Militar, se alistó en 1971 en el Ejército, donde se graduó como subteniente y licenció en Ciencias y Artes Militares, en la rama de Ingeniería. Miembro del Cuerpo de Paracaidistas, años más tarde ascendió al grado de teniente coronel y en 1982 fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario.

Ese mismo año, bajo el Samán de Güere, histórico árbol que cobijó a Simón Bolívar, Chávez juró luchar por el poder para llevar a cabo los ideales del Libertador. Diez años más tarde, en febrero de 1992, sufrió su primer gran revés al fracasar el intento de golpe de Estado que lideró contra el entonces mandatario venezolano Carlos Andrés Pérez.

Al igual que su bisabuelo, Pedro Pérez Delgado, uno de los principales opositores armados a la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935), Chávez terminó entre rejas tras reconocer, ante las cámaras de televisión, que la intentona golpista había fracasado "por ahora". Un matiz con el que dejaba claro que no se daba por vencido.

Salto a la vida política Indultado por el presidente Rafael Caldera, en 1994 obtuvo la libertad, a cambio de su baja en el Ejército, y se sumergió de lleno en la vida política con la firme determinación de denunciar la corrupción del Estado y de los principales partidos políticos. Al frente del Movimiento V República, creado por él mismo, y con la promesa de gobernar para los más necesitados, en las elecciones del 6 de diciembre de 1998 alcanzó la presidencia de Venezuela, desde donde impulsó la redacción de un nuevo texto constitucional.

El mandatario de la rebautizada como República Bolivariana de Venezuela ha visitado, en sus giras internacionales, a líderes como Sadam Husein, Muamar el Gadafi o Mahmud Ahmadineyad y no ha perdido ocasión de mostrar su hostilidad a Estados Unidos.

El 11 de abril de 2002 probó de su propia medicina, al sufrir un golpe de Estado cívico-militar que le mantuvo apartado del poder durante 48 horas, tras las cuales fue restituido en sus funciones gracias a la acción de fracciones de las Fuerzas Armadas y la presión de miles de seguidores que se echaron a las calles.

Reelegido en dos ocasiones, jaleado por muchos y odiado por otros tantos, el líder venezolano no piensa tirar la toalla. De hecho, su intención es volver a ganar los próximos comicios presidenciales, si bien ahora será su enfermedad la que tenga la última palabra.

Con Chándal y a lo 'loco' Padre de cuatro hijos de dos matrimonios y actualmente separado, Chávez no es un dirigente que pase desapercibido. Y no solo por sus encendidos discursos, sino también por su llamativa indumentaria. Quizá, de su afición por el béisbol, le quede como reminiscencia su gusto por la ropa deportiva, compartido con su gran amigo Fidel Castro, con quien posaba esta misma semana en unas imágenes en las que ambos lucían sendas chaquetas de chándal, solo comparables, por lo inusuales en un gobernante, al mítico jersey rayado del boliviano Evo Morales.

Con el líder cubano también comparte Chávez su locuacidad desbordante, a la que da rienda suelta en el programa de televisión Aló Presidente, que se emite todos los domingos en Venezuela. Durante las seis horas que dura el espacio y vestido de rojo, el mediático mandatario anuncia las iniciativas de su gobierno, ordena a funcionarios resolver los problemas planteados por el pueblo y recibe los mensajes, abrazos e incluso regalos de sus más fieles partidarios. También aprovecha su púlpito audiovisual para enviar saludos a artistas, deportistas y jefes de gobierno o para que sus ministros rindan cuentas ante la opinión pública.

Prueba de su incontinencia verbal, el presidente venezolano, que llegó a llamar a George W. Bush "diablo" en la mismísima ONU, tachó de "fascista" al expresidente español José María Aznar durante la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada hace cuatro años. Una descalificación que fue censurada por José Luis Rodríguez Zapatero y que colmó la paciencia del rey Juan Carlos I, quien le espetó la famosa frase "¿Por qué no te callas?", objeto de una y mil chanzas.

Pero Chávez no solo no se calla, sino que utiliza todos los medios a su alcance, incluidas las redes sociales, para difundir sus pensamientos y diatribas. No en vano ha aprovechado su cuenta en Twitter para agradecer a su pueblo el apoyo recibido. "Qué huracán de amor! Pa,lante". Y en esas está, recuperándose del último golpe.