vitoria. El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, salió ayer al paso de las voces que apuntan a un posible adelanto electoral forzado por el desgaste y la falta de apoyos que arrastra el Gabinete Zapatero para negar la mayor. Las elecciones generales serán en marzo de 2012, confirmó, visiblemente confortado tras ver cómo su Ejecutivo salvaba finalmente la reforma de la negociación colectiva con la ayuda de PNV y CiU.

Estas dos formaciones nacionalistas ayudaron al Gobierno español a salvar otro match ball a cambio esta vez de que éste aceptara la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales; un pacto que rearmó a la vanguardia popular para volver a presentar a Zapatero como rehén de los nacionalistas, apoyada además en este caso en la valoración del acuerdo que hizo el portavoz jeltzale en el Congreso, Josu Erkoreka, que aseguró que su formación nunca había conseguido tantas concesiones del Gobierno simplemente con abstenerse en una votación.

"un trámite natural" Sin embargo, Jáuregui optó en Radio Euskadi por evitar el choque y rebajar el tono, mimando así la conservación de los puentes con el PNV por los que parecen condenadas a pasar las opciones que le quedan a Zapatero de agotar esta legislatura.

Según su análisis, "lo que pasó fue bastante natural: que hablando con PNV y CiU -especialmente con el PNV", puntualizó-, se acordó que las enmiendas sobre el decreto Ley incorporaran "algunas reflexiones sobre el ámbito autonómico de negociación colectiva". "Es muy razonable desde la perspectiva de una comunidad autónoma como la vasca, donde hay una presencia sindical y una cultura negociadora" importantes, defendió.

Sobre las declaraciones de Erkoreka, admitió que fueron "desafortunadas" pero las enmarcó en el fragor de la noche negociadora. Además, recordó que el propio portavoz jeltzale "corrigió el contenido" de inmediato. "Y tanto él como yo, y tanto el Gobierno como el PNV, entendemos que lo que se ha producido es un trámite bastante natural de negociación en una votación", insistió.

pnv: "partido bisagra" Zanjada la cuestión de las formas, Jáuregui se aventuró en el futuro de la negociación en el Congreso, de cara a la cual no dudó en situar al PNV como protagonista absoluto. Metido de lleno en el papel de enlace con los partidos nacionalistas que muchos ya intuyeron cuando Zapatero le llamó a filas para poder seguir gobernando un Ejecutivo necesitado de estos apoyos para agotar la legislatura, Jáuregui aplaudió la responsabilidad jeltzale e incluso dejó abierta la posibilidad de alcanzar nuevos acuerdos con este partido que les permitan aprobar los Presupuestos del año que viene. En gran medida, "porque el PP no da ni agua en cosas que España necesita", puntualizó para contrarrestar los dardos populares.

Y de cara a este escenario, lanzó un último guiño a la formación jeltzale al llegar a definirla como "el partido bisagra de la gobernabilidad de Zapatero". "Lo ha sido en los últimos dos presupuestos, puede serlo también en el próximo y lo ha sido en la aprobación del decreto ley de negociación colectiva", concluyó.