Vitoria. Una vez más, las disparidad de intereses entre los socialistas vascos y españoles ha venido a desbaratar la estrategia del Gobierno Vasco de Patxi López. Desde el 22-M el lehendakari viene defendiendo que el PNV se ha aliado con Bildu para reeditar el pacto de Lizarra y expulsar a los socialistas de las instituciones, y ayer apareció el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, para echar por tierra esta teoría y celebrar con la cautela pertinente la llegada de Bildu a las instituciones, por cuanto, a su juicio, precipitará el fin de ETA.
"En mi opinión hay, por así decirlo, una prima electoral -a Bildu- porque la gente del país cree que ese paso es irreversible y que termina con ETA. Yo personalmente lo pienso así y no hay un acuerdo con el PNV, lo cual no quita que no haya querido establecer un pacto con PSE y PP, como hubiera sido nuestro deseo, para evitar dar tanto poder a Bildu", afirmó el ministro en una entrevista a Antena3.
Las palabras de Jáuregui se enmarcan en el respeto, rayano en el temor, que el PSOE profesa hacia un partido que tiene las llaves de La Moncloa y que mantiene por ello una relación mucho más fluida con los socialistas del Congreso, cuyo enemigo es el PP, que con los del Parlamento Vasco, donde los conservadores son los aliados y el PNV el gran rival a batir.
Por ello, desde el punto de vista de Patxi López no caben medias tintas; si los jeltzales no entran al gran pacto que PSE y PP le propusieron tras constatar que el acuerdo de bases no da para influir en la composición de diputaciones y ayuntamientos, es que traman la resurrección de la alianza soberanista que hace diez años sentó en la misma mesa a ETA y a las fuerzas abertzales.
El lunes el lehendakari incidía en esta tesis en su blog. "La acumulación de fuerzas nacionalistas es volver a la política de frentes", afirmaba, reforzado ayer por el consejero de Interior Rodolfo Ares, que en ETB dijo que el PNV "buscó acuerdos con Bildu para desalojar a los socialistas". El presidente del EBB, Iñigo Urkullu, volvía a negar, esta vez en Onda Cero, que participe "de ningún pacto contra nadie".