Ankara. El primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, parte como favorito en las elecciones generales de hoy y nadie duda de que logrará una nueva mayoría absoluta. La estabilidad política y económica del país es el principal argumento electoral de Erdogan y su partido, que aspiran a una tercera victoria consecutiva. Preparados para 2023 ha sido su lema, en referencia al primer centenario de la fundación de la Turquia moderna. Los últimos sondeos dan al gobernante Partido de la Justicia y de Desarrollo (AKP) una horquilla de votos entre el 41% y el 50%, lo que le daría un holgada mayoría parlamentaria (entre 315 y 345 diputados de 550), mientras que la principal formación de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, centroizquierda), logrará entre el 24,5% y el 30%.
Los ultraderechistas del Partido de Acción Nacionalista (MHP) serán terceros con entre el 10 y el 15%, mientras que los nacionalistas kurdos -que se presentan con candidatos independientes para burlar la barrera electoral del 10% de los votos a nivel estatal- lograrán entre 25 y 30 escaños. La cuestión, dada la anunciada victoria de Erdogan, es cómo será su próxima legislatura: ¿liberal como la primera o de tendencia autoritaria como el final de su segundo mandato?
"Nuestro proyecto más importante es una nueva Constitución", dijo Erdogan, quien pidió a los turcos que le otorguen más de dos tercios del parlamento (la mayoría absoluta se logra con 276 escaños y los dos tercios, con 367 diputados) para tener manos libres y poder sustituir el texto redactado por los militares en 1982. Los críticos con el primer ministro turco subrayan que ha incrementado su retórica nacionalista, lo que podría ser un signo de un mayor autoritarismo en la nueva legislatura y diversos analistas arguyen que con esta mentalidad será imposible redactar una nueva Constitución o solucionar la cuestión kurda.
Un ejemplo de esa intransigencia es el caso de Ahmet Altan, director del diario liberal Taraf, que habitualmente apoya al AKP, fue demandado por Erdogan a causa de una columna crítica con su "autoritarismo". Otra de las iniciativas que Erdogan desearía materializar en la nueva legislatura es un régimen presidencialista, aunque los expertos consultados por Efe lo consideran una posibilidad remota -a menos que el AKP logre los famosos dos tercios- ya que esta opción es criticada tanto por la oposición como por algunos miembros de la formación gobernante. Los 367 diputados quedan muy lejos del AKP a tenor de las encuestas, algo que el exparlamentario europeo y experto en Turquía Joost Lagendijk considera positivo.
"El mejor resultado para la democracia en Turquía es que el AKP logre algo menos de 330 diputados, ya que esto le obligaría a consensuar la nueva Constitución con los socialdemócratas y los kurdos", señaló. Frente a él, Erdogan tendrá a la oposición renovada del CHP, con un líder carismático como Kemal Kiliçdaroglu, que ha orientado a su partido hacia la socialdemocracia, la lucha contra la pobreza y el desempleo, la democratización y los problemas de las mujeres y los jóvenes, a la vez que se ha distanciado de los militares. De este modo, el crecimiento del centroizquierda, de los kurdos y un eventual mantenimiento del MHP por encima del 10% lograrán impedir que la mayoría absoluta que el AKP prevé lograr no sea aplastante.