madrid. El presidente del PP, Mariano Rajoy, invitó ayer al Gobierno a hablar de la realidad de las cuentas públicas de las comunidades autónomas, en especial de los niveles de déficit y de deuda, "a calzón quitado, pues si así lo hace, contará con la lealtad institucional" de su partido. Rajoy insistió, de hecho, en que se convoque con urgencia un Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que apruebe "los planes actualizados" de reducción del déficit de las comunidades con el mayor respaldo posible, ya que así "será viable cumplir el objetivo de este año".

La respuesta de los socialistas no se hizo esperar y se basó en dos frentes. En primer lugar, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, cargó contra el PP por poner en cuestión las cuentas de Castilla-La Mancha y calificó esa actitud de "deslealtad que raya en el gamberrismo político" y de "grave irresponsabilidad". En segundo lugar, los socialistas reclamaron al PP que empiece a auditar las cuentas autonómicas por Murcia (donde ellos gobiernan) que es "líder en déficit".

aplazamiento Lo que sí decidió ayer el presidente del PP, después de hablar con su dirección y con los barones, es aplazar a 2012 el congreso nacional que tocaba celebrar este año. La prioridad, explicó Rajoy ante su junta, es preparar las elecciones generales y "no caer en líos internos". Según señaló, después del "resultado histórico" del 22-M, "ha llegado el momento" de ofrecer a la ciudadanía el "mejor programa" posible con el fin de consolidar "un gran proyecto reformista y un plan nacional de recuperación económica, de regeneración del poder público e institucional y de prestigio internacional". Para ello ya hay un calendario: se celebrará una reunión intermunicipal en Sevilla a finales de mes, una interparlamentaria en Toledo a mediados de julio y una gran Convención programática nada más comenzar el otoño.

rumbo Mientras el PP se vuelca en el diseño de ese "programa reformista centrado en los ciudadanos", el actual Gobierno, según los populares, "ha entregado toda su agenda a los intereses tácticos" de Alfredo Pérez Rubalcaba, "olvidando que la situación económica hace necesario un cambio de rumbo". Rajoy sentenció que "cuanto más tiempo se mantenga esto, peor para España y para los españoles".

El líder del PP subrayó que tanto él como el partido pueden gobernar ya y que así lo van a hacer desde las comunidades autónomas en las que han llegado al poder. La actitud de los ejecutivos populares consistirá en "contribuir desde las instituciones, en lo que las toque, a reducir el déficit público" a pesar, según matizó, de que "la responsabilidad más importante en ese empeño es del Gobierno".