BILBAO. El vaticinio de Patxi López resultó ser profético. Mientras el lehendakari cargaba anteayer contra el PNV en el Palacio Euskalduna y afeaba sus "excursiones a Madrid", el presidente del EBB Iñigo Urkullu se reunía con el mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero en la capital estatal. En el mismo momento en que el jefe de Lakua, durante el Comité Nacional extraordinario del partido, veía más preocupados a los jeltzales por el desalojo del socialismo en Donostia y por la gobernabilidad del PNV en la Diputación, el burukide, por el contrario, abordaba con el inquilino de La Moncloa los retos de la paz y la normalización, la economía, el cumplimiento de los traspasos competenciales comprometidos y el análisis de los resultados electorales. Así lo detallaron ayer fuentes jeltzales, quienes destacaron la "sintonía" entre ambos en materia de normalización.

Fuentes consultadas por este medio lo dejaron claro: "en ningún caso" la hoja de ruta del PNV pasa por abordar con Zapatero los pactos postelectorales en la Diputación Foral de Gipuzkoa, objeto de las presiones de un socialismo que ha tentado a los jeltzales con su apoyo a cambio de que el partido de Urkullu le facilite el Consistorio de Donostia.

TRAS EL FALLO DEL TC La reunión supone una primera toma de contacto cara a cara -telefónicamente, las conversaciones son "constantes"- entre Urkullu y Zapatero tras las elecciones y tras la sentencia del Tribunal Constitucional a favor de la participación de Bildu en los comicios del 22 de mayo. Antes de la cita con las urnas y del fallo del alto tribunal, la sentencia del Supremo, que apostaba por ilegalizar la coalición, puso en suspenso las relaciones entre ambos partidos, al considerar los jeltzales que Zapatero había incumplido el acuerdo presupuestario del pasado año. Durante dichas negociaciones, el PSOE se comprometió a aprovechar el tiempo brindado por el PNV para avanzar en materia de paz y de una normalización que chocaba con la defenestración de Bildu. Ante la advertencia de Urkullu, el partido del Ejecutivo español llamó al burukide para reclamarle que reconsiderara su decisión y para pedirle que aguardara a la resolución del Constitucional. El episodio se saldó con el visto bueno al partido de nuevo cuño, por lo que Sabin Etxea se mostró dispuesta a retomar relaciones.

En concreto, Urkullu apostó por volver a sentarse para debatir en materia de normalización y pacificación después de las elecciones. Ese momento llegó anteayer, y la reunión podría haberse presentado fructífera a tenor de las fuentes jeltzales consultadas por este periódico. Según destacan, existe un "contacto permanente de meses o casi años" entre Zapatero y Urkullu para debatir en esa materia. Un "compromiso" suscrito por ambos y en el que exhiben "una perfecta sintonía". "Están de acuerdo en que hay que aprovechar este nuevo tiempo", zanjan.

Una postura que choca con las reticencias de López, que ha rechazado llegar a acuerdos con Bildu. Tampoco en el propio PSE parecen secundar su llamamiento, a tenor de los "acuerdos puntuales" a los que se mostró dispuesta a llegar su formación en Gipuzkoa. Las contradicciones se han cebado con el lehendakari en un campo en el que no acaba de definir su postura. Antes de la legalización, alternaba su beneplácito al proceso de reflexión de la izquierda abertzale histórica -dándole crédito- con sus concesiones a un PP partidario de someter a la sensibilidad a una cuarentena, cuando no de ahogar sus pretensiones, vinculando su protagonismo en las instituciones con la lucha contra ETA.

traspasos Desde el PNV, por su parte, consideran que la legalización de Bildu atestiguaría el buen cauce que habrían tomado las negociaciones con La Moncloa. "Las cosas están funcionando por esa sintonía", remarcan. De hecho, en cuanto a las declaraciones vertidas ayer por Zapatero sobre la participación de la coalición en las instituciones como eventual paso a favor de la resolución del conflicto, subrayan que la normalización "está en la agenda del PSOE". Sin embargo, admiten que en otros campos aún habría tierra que arar, ya que habrían aflorado algunas diferencias. La reunión que sostendrán PNV y PSOE el próximo miércoles para zanjar el traspaso de otras ocho competencias a la CAV podría convertirse en un escenario propicio para acercar posturas.

Las transferencias, en este sentido, habrán de aterrizar en la CAV para abordar una negociación presupuestaria con el PSOE a la que, de otro modo, el PNV no entraría. Estas competencias hacen referencia a la regulación de empleo, el transporte marítimo y fluvial, el transporte por carretera, los archivos de titularidad estatal, la ejecución de la legislación del Estado sobre propiedad intelectual, la ampliación de los servicios traspasados en materia de enseñanzas profesionales náutico-pesqueras, así como las autopistas de peajes y los ferrocarriles.

Con este escenario, fuentes próximas al Gobierno citadas por Europa Press confirmaron la reunión y aseguraron que el Ejecutivo Zapatero ve viable mantener la estabilidad parlamentaria suficiente para agotar la legislatura, hasta marzo de 2012. No obstante, Urkullu advirtió ayer de que, si Rubalcaba se convierte en el candidato del PSOE para las próximas elecciones generales, el ahora vicepresidente y ministro tendrá su "cálculo temporal" de cuándo quiere que se celebren esos comicios. "Si entre los socios sólo pueden recurrir al PNV, y si al PNV se le ponen todo tipo de trabas y se le pone en la picota, pues igual el PNV se lleva por las entrañas y dice hasta aquí hemos llegado y punto", concluyó.

Iñigo Urkullu, en una comparecencia anterior. Foto: zigor alkorta