Vitoria. "He decidido dar un paso atrás para que el PSOE dé un paso adelante". Con las lágrimas a punto de desbordarla, el semblante serio y la voz entrecortada, la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer que deja el camino expedito a Alfredo Pérez Rubalcaba en la pugna por la sucesión de Zapatero, sea vía primarias o a través de un congreso extraordinario. La catalana se retiró dos días antes de que empezara la carrera, tras una larga pretemporada de cuatro meses en la que fue atando su postulado a la candidatura con mucho tiento. Primero en secreto, comunicándolo sólo a sus más cercanos compañeros, después dejando que la porosidad del partido hiciera llegar el rumor a los medios, calentando su candidatura a fuego lento, y con un as en la manga. Como ayer afirmó, tomó su decisión de pedir primarias en el PSOE y empezó a prepararlas el 2 de febrero, dos meses antes de que el presidente anunciara que no volverá a presentarse, seguramente con información privilegiada en sus manos.

Sin embargo, en apenas tres días, desde el pasado martes, todo ese trabajo ha quedado diluido después de que el lehendakari, Patxi López, lanzara un ataque por sorpresa contra Rodríguez Zapatero pidiendo su cabeza. Los socialistas vascos exigieron la celebración de un congreso extraordinario para rehacer el partido después de la debacle electoral, un congreso cuya misión ha de ser nombrar a un nuevo secretario general que deje de lastrar a las baronías regionales en las urnas.

Probablemente no hay un solo porqué a la sorpresiva decisión de los socialistas vascos de dinamitar la sucesión de Zapatero. Por un lado, López desvía la atención de los desastrosos resultados del PSE en las elecciones del domingo, en los que también ha tenido mucho que ver su pacto con el PP, lo exiguo de su mayoría y la gestión de cada alcalde en concreto, que de eso iban al fin y al cabo los comicios. Por otro, el lehendakari se sirve, fría pero apetitosa, la revancha a todos los desdenes con los que Zapatero le ha pagado su fidelidad en los dos últimos años.

Además está el puzzle de alianzas internas dentro del partido, desconocido para el común de los ciudadanos pero que, como en todas las formaciones políticas, existe y juega un papel relevante en el futuro de unos y otros militantes.

Las razones de López. El PP pesca en río revuelto

El portavoz adjunto popular en el Congreso y presidente del PP alavés, Alfonso Alonso, analizaba ayer estas posibles motivaciones de López desde la clarividente suficiencia que ha dado a los conservadores su holgada victoria del domingo. Las tornas se han vuelto a invertir y ahora el PP es el partido unido, fuerte y con una sola y potente voz. "Por una parte, devuelve la bofetada que le dado Zapatero en los acuerdos con el PNV, esto es una vendetta", dijo el exalcalde de Vitoria. Por otro, aseguró que López utiliza a Zapatero como "chivo expiatorio" para "desviar la atención" sobre "el batacazo que se ha dado en el País Vasco".

Alonso aprovechaba además para trabajar un poco en favor de su partido y pedía una vez más un adelanto electoral que muchas voces socialistas ya secundan, porque "lo que ellos no quieren para su casa se lo imponen a los demás", dijo en referencia al presidente del Gobierno.

También es cierto, y eso no lo dijo Alonso, que nada más anunciar Zapatero que no repetiría como candidato, Patxi López se posicionó en contra de las primarias, apelando al desastre que supuso la batalla entre Borrell y Almunia de 2000 y de la que, paradójica y curiosamente, fue Zapatero el mayor beneficiario.

Opiniones desde Euskadi. Eguiguren defiende a Zapatero

Mientras, en Euskadi, núcleo de la maniobra que propia o teledirigida ha desactivado a Chacón, no se hacía más sangre de la necesaria con respecto a unos hechos ya consumados, pero sí se insistía en la inamovible postura esgrimida desde el martes. Sólo la habitual excepción a la regla en el PSE volvía a nadar contracorriente una vez más. El presidente del partido, Jesús Eguiguren, en una declaración que a Zapatero le puede sonar incluso a broma, dada la unanimidad y vehemencia con la que la federación que preside el político guipuzcoano pidió su sustitución, salía en defensa de alguien a quien ya sólo apoyan públicamente sus más cercanos, entre ellos la propia Chacón.

"Euskadi le debe mucho y parte de su desgaste es porque está haciendo la paz en Euskadi", afirmó Eguiguren, que una vez más se presentó a sí mismo como un verso suelto cuya opinión sólo es tenida en cuenta si la pronuncia ante un micrófono. "Lo que haría sería obligar a Zapatero a replantearse su decisión de no presentarse a la reelección, yo siempre fui partidario de que no renunciara, pero como nadie me hace caso, renunció". Según José Antonio Pastor, portavoz del PSE en el Parlamento Vasco, no es cierto que a Eguiguren no se le tenga en cuenta, porque los socialistas vascos sí eran partidarios de que siguiera Zapatero, de lo que no lo son es de que se celebren unas primarias.

Las opiniones desde Euskadi no tenían, ayer, en todo caso, más valor que el de la curiosidad o el morbo. La noticia estaba en Madrid, y la sucesión de hechos que derivó en la sorpresiva rueda de prensa de Chacón en Ferraz es harto elocuente sobre el temporal que sacudió ayer al PSOE.

Sucesión de acontecimientos. La mañana de Rubalcaba

Ayer el vicepresidente Rubalcaba se reunió con el presidente del Congreso, José Bono, en el despacho que el manchego denomina el confesionario, y coincidió además en las dependencias que el Gobierno tiene en la Carrera de San Jerónimo con Zapatero y Chacón, quizá por pura y simple casualidad. El caso es que diez minutos después la ministra se marchó apresuradamente de la Cámara Baja.

Ya por la tarde, después de que Zapatero asegurara que tiene al partido controlado, y de que Chacón se apartara de una pelea que tras el terremoto provocado por López ya no tiene sentido, Rubalcaba compareció en el Ministerio del Interior junto al consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, con quien firmó un protocolo antiterrorista. Rubalcaba negaba haber hablado del tema con su homólogo, y Ares reiteraba la "posición conocida" del PSE. El ministro despejaba balones. "Me habrán oído hablar muy poco en público de esto y hoy no voy a romper mi norma", afirmaba un político que ha debido de hablar mucho en privado en las últimas semanas y que, con su habitual humor desenfadado aseguraba haber desconectado el aire acondicionado "para evitar preguntas incómodas".

Apenas unos minutos antes, en la sede socialista, Chacón había dado marcha atrás en su disputa por el poder con el de Solares porque los "movimientos internos" de estos días han puesto en peligro "la autoridad del presidente del Gobierno". Aunque ayer fue un día triste para la ministra -incluso le robaron su coche particular-, su retirada puede ser una buena jugada a largo plazo. Es probable que el candidato que elija el PSOE gane un congreso o unas primarias para luego perder con Rajoy. Rubalcaba, que por cierto aún no ha anunciado que vaya a postularse como candidato, Tomás Gómez, López Aguilar y otros socialistas que ya suenan para la sucesión podrían aguantar el chaparrón durante cuatro años para que la catalana regrese cuando salga el sol.

De momento, Zapatero tiene hoy una reunión con los secretarios regionales, entre ellos los amotinados vascos, extremeños o valencianos, para preparar el comité federal del PSOE más interesante de los últimos tiempos.