vitoria. El Consejo Político que Ezker Batua celebrará la próxima semana con el objetivo de "poner en marcha el proceso de refundición", tal y como expuso su coordinador general, Mikel Arana, acapara la atención de los militantes vascos de este partido. No obstante, en Álava tampoco pierden de vista el abanico de posibilidades y el papel decisivo que esta formación podría jugar en caso de que el último escaño adjudicado en la noche electoral, el correspondiente a Ribera Baja, se mantenga en las alforjas socialistas y no viaje hasta el Araba Buru Batzar.

Y es que, con el actual reparto de junteros tras el recuento oficial completado ayer por la Junta Electoral alavesa, los 25 escaños que suman PSE y PP perecerían en la pugna por el Gobierno foral frente a los 26 que alcanzaría la unión de PNV, Bildu y EB, estos últimos con dos procuradores. Aun así, el partido liderado por Nerea Gálvez en Álava mantiene la calma y aguarda a que el PP, como partido que más votos aglutinó el día 22, les convoque a un encuentro. Eso es, al menos, lo que esperan en EB, donde aseguran de forma tajante que guardarán silencio ante posibles cábalas o búsquedas de compañeros de alianza hasta que las negociaciones no lleguen a buen puerto.

De momento, la única puerta que cierran es la del apoyo a los populares, una negativa que justifican en que basarán las alianzas en su base programática, cuyo contenido dudan mucho que obtenga el beneplácito de la formación conservadora.