vitoria. La partida de ajedrez que ahora juegan los partidos para tratar de gestionar los resultados de las elecciones del pasado domingo avanza, y ayer Bildu le hizo una oferta al PNV alavés de las que parecen difíciles de rechazar. "Favoreceremos sin ninguna condición ni contrapartida cualquier fórmula que excluya a la derecha más retrógrada de Europa del gobierno de las instituciones alavesas". O lo que es lo mismo; sabedores de que el nuevo diputado general saldrá elegido en segunda vuelta por mayoría simple, y de que Xabier Agirre podría hacerse con ella si recibe el apoyo de la coalición soberanista -tanto como de que su candidata, Idoia Zapirain, no tiene posibilidades reales de gobierno- tienden su mano al candidato jeltzale sin pedirle nada a cambio. Aunque sí buscando un claro objetivo.
"Bildu mueve ficha", resumió su portavoz, Lorena López de Lacalle. Y es que, aunque la exdiputada de EA afirmó que su oferta provenía de un ejercicio de "responsabilidad y generosidad", de pensar y actuar "en clave de país", lo cierto es que este movimiento compromete al PNV ante su electorado obligándole a elegir claramente entre tomar su mano para trasladar al gobierno foral "la mayoría abertzale salida de las urnas", o retratarse junto a PP y PSE como responsable de la construcción de un "mapa tramposo" que no se corresponde con la foto real. "Dar la espalda así al sentir popular sería cometer un error total", advirtió a los jeltzales, que podrían terminar pagando en las autonómicas de dentro de dos años ya que, en su opinión, además de defraudar a los sectores más soberanistas del partido, cualquier acuerdo que pasara por sumarse a populares o socialistas le dejaría sin los suculentos réditos que hasta ahora le ha dado la estrategia de presentarse como víctima del "frente constitucionalista" y también como vanguardia de su combate.
un apoyo limpio y seguro De Lacalle estuvo ayer acompañada por otros portavoces de la coalición como Antxon Belakortu o Kike Fernández de Pinedo, que insistieron en desligar esta oferta del "politiqueo" y el "juego partidista". Es limpio; es "sólo el fruto de esa nueva forma de hacer política que piden los ciudadanos", subrayaron.
Y es que, según lo que se pudo entresacar de unas respuestas que llegaron a ser enigmáticas, Bildu no busca participar en el Gobierno de Agirre, aunque tampoco lo descarta. "Atendiendo a nuestros respectivos programas, dudamos de un acuerdo para la formación de cualquier gobierno con un partido como el PNV, por lo lejos que está nuestro modelo social y económico del suyo". ¿Significa esto que descartan participar de su gobierno? "Las diferencias de programas son abismales en este momento". ¿Pero son insalvables, o negociables? "No vamos a renunciar a los principios y programas presentados para entrar en un gobierno. En Gipuzkoa se negocia; en Álava estamos dejando la puerta abierta a unos y cerrándosela a otros", fueron sus únicas respuestas.
Así las cosas, si el PNV decidiera optar por la vía soberanista para mantener la Diputación alavesa, lo más probable es que lo hiciera amparado por un apoyo puntual y externo de la coalición, que de hecho advertía ayer mismo de que ha decidido abrir la puerta a Agirre "desde una posición sumamente crítica con un posible gobierno" jeltzale; una estrategia que dejaría sus manos libres para ejercer un férreo control del Ejecutivo foral evitándole a la vez desgastarse en el gobierno.
Para defender el carácter "generoso" de su oferta, los portavoces de Bildu llegaron a desligarla de lo que suceda en Gipuzkoa. "Hay que respetar las mayorías, pero esto no tiene por qué incidir aquí", explicó De Lacalle -como tampoco parece tener que incidir en Navarra, donde Bildu se ha ofrecido al PSN para que la mayoría, UPN, no gobierne-. "El PNV debe decidir de una vez" cuáles son los socios que quieren en esta legislatura y no jugar al "despiste", decía desde Bilbao Pello Urizar.
Unas horas más tarde, el GBB rechazaba pactar para excluir a Bildu del gobierno de Gipuzkoa por lo que, ya que la coalición reconoció que las ejecutivas de ambos partidos están ya en contacto, la decisión del PNV parece cada vez más próxima.