Vitoria. Dos días después de que los ciudadanos expresaran su descontento con la gestión socialista ante las urnas, Patxi López se lavó ayer las manos y trasladó la responsabilidad de esta debacle electoral al conjunto del PSOE.
Vestido con el traje de secretario general de los socialistas vascos, López rechazó que los "malos" resultados obtenidos por su partido "puedan extrapolarse" al presente y futuro del Gobierno que él lidera y leerse en clave autonómica. Ha sido la crisis, vino a decir como respuesta de urgencia ante una militancia más que tocada por el batacazo que el socialismo sufrió el pasado domingo.
Para dar "solución" y "respuesta" a este fracaso electoral cosechado por su partido en todo el Estado, López reclamó la convocatoria de un congreso extraordinario para repensar el futuro del PSOE y atajar una fuga de votos que en dos años -si no antes- podría catapultar a Mariano Rajoy hasta La Moncloa sin tener que plantar batalla.
De Bilbao a Ferraz En un contexto en el que se especula constantemente con quién será el elegido para tomar el testigo envenenado que dejará José Luis Rodríguez Zapatero al frente del partido, el PSE dejó un mensaje claro sobre la sede socialista de la madrileña calle de Ferraz. "La respuesta a lo que sucedió el domingo no pueden ser sólo y exclusivamente unas primarias sin proyecto"; lo "lógico" es celebrar un congreso porque "primero hay que decidir qué queremos ofrecer y luego decidir quién abandera el proyecto". "El PSOE debe entender bien" el resultado del 22-M y "saber qué han dicho los ciudadanos, especialmente el electorado socialista que se ha quedado en casa", subrayó.
Pactos "diversos" contra Bildu Pero antes de que se celebre este cónclave -que fijó a finales de año-, López volvió su vista a Euskadi para pronunciarse sobre la estrategia que seguirá el PSE en la construcción de pactos postelectorales.
Con todos, menos con Bildu. Esta es la idea que resume su apuesta ya que, a su juicio, si esta coalición formara gobiernos "sería un error de bulto contra el país". "Cualquier acuerdo que suponga darles responsabilidad institucional supondría la paralización de Euskadi", insistió.
Ante esta posibilidad, ofreció tanto al PNV como al PP llegar a pactos "plurales y diversos" que lleven adelante los "proyectos estratégicos". Así, tras aclarar que su pacto con los populares "no condiciona" los que pueda alcanzar en otras instituciones, por ejemplo con los jeltzales, se dirigió al PNV para exigirle que también diga claramente si "apuesta por el país, por su avance y modernización" y toma su mano, o apuesta "por las siglas" tomando la de Bildu.