vitoria. Diez puntos porcentuales de diferencia que se traduce en un mapa estatal coloreado casi íntegramente de azul es el resultado de una jornada electoral gloriosa para el PP y nefasta para los socialistas. Dos heridas sangran, y mucho, a estas horas en la sede central del PSOE en la madrileña calle de Ferraz: Extremadura y Castilla la Mancha. Y es que en ambas, feudos tradicionales del partido de la rosa, los populares no sólo han ganado, sino que además lo han hecho rozando la mayoría absoluta con lo que ni siquiera la entrada de IU en el parlamento extremeño, permitiría a los socialistas cerrar el camino de esos gobiernos regionales a la sombra de la gaviota.

Los grandes triunfos

Cospedal y Monago, vuelan

María Dolores de Cospedal es una de las claras triunfadoras de la jornada de ayer. Salía en buena posición, pero sacar hasta siete escaños de diferencia con el socialista Barreda no entraba ni en sus expectativas más optimistas. Finalmente fue así y a los 28 escaños logrados por el PP (siete más que en 2007) no les pueden hacer sombra los 21 de Barreda (cinco menos).

Pero si Cospedal es hoy la gran estrella mediática de los populares y la imagen que quiere explotar Rajoy en su camino a la Moncloa (el PP ya exige elecciones generales anticipadas), el gran tapado y la estrella emergente es el extremeño José Antonio Monago. Y es que no es para menos ya que el líder del PP en aquella comunidad ha logrado lo impensable: 33 escaños. Este resultado le permitirá gobernar en solitario apartando al socialista Fernández Vara (29 escaños) del poder tras cuatro años como sucesor del barón socialista por excelencia, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que ve así caer la hegemonía socialista en su tierra. Los tres escaños logrados por IU, con el 5,51% de votos, tampoco podrán evitar que Extremadura se tiña de azul.

La esperanza cumplida

Camps no sufre y Aguirre arrasa

Pero no son esas las únicas grandes noticias para el PP en una jornada que en Génova ya se tilda de histórica y se vende como el "comienzo del cambio". Madrid y la Comunidad Valenciana son las otras grandes alegrías para los populares ya que Esperanza Aguirre amplia su mayoría absoluta mientras Francisco Camps, aunque pierde votos, mantendrá el poder gracias a una holgada victoria.

El PP confirma su hegemonía en la Asamblea de Madrid, al lograr 71 escaños, mientras que los socialistas pierdan 5 y se quedan en 37. En este legislativo se benefician de la debacle de Tomás Gómez (el vencedor de las primarias del PSM ve caer su estrella) IU, que logra 13 actas (dos más que en 2007) y, sobre todo, UPyD, que entra con fuerza y ocho diputados y el 6,04% de los votos.

Por su parte Francisco Camps superó ayer con éxito la prueba de las urnas sin sufrir apenas el desgaste de su imputación en el escándalo del caso Gürtel. Logró revalidar los 55 escaños que consiguió en 2007, aunque no con el abrumador ascenso que anunciaban los primeros sondeos. Lejos de eso Camps cedió casi cuatro puntos en el porcentaje de votos con respecto a las elecciones de hace cuatro años, un retroceso que, sin embargo, no admite comparación con la hecatombe que sepulta al PSPV, que pierde siete escaños y casi siete puntos.

Las incógnitas

Asturias y Aragón

El único pero en la gran noche de los populares puede ser Asturias, donde el huido Francisco Álvarez Cascos se alzó con la victoria con 16 escaños, uno más que los socialistas. Pero esa mancha es relativa para los populares teniendo en cuenta la herida que supone para los socialistas. Y es que los 10 escaños que logra el PP en el Principado y un más que previsible apoyo para que Cascos forme gobierno, aleja definitivamente a los socialistas del poder en el Ejecutivo de Oviedo a no ser que sean ellos los que se plieguen y apoyen al ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar para lograr algún sillón. Los cuatro escaños de IU-Los verdes sólo les servirían a los socialistas si PP y Cascos no lograran ningún tipo de acuerdo.

Así las cosas, a los socialistas sólo les queda la esperanza de poder gobernar Aragón, comunidad que también pierden a manos del PP (30 escaños) pero donde los populares podrían quedarse sin gobernar gracias a las alianzas. Un entendimiento a cuatro bandas entre los socialistas (22 escaños), el Partido Aragonés Regionalista (7 escaños), la Chunta Aragonesista (4 escaños) e IU (4 escaños), podría abrir las puertas del Ejecutivo a Eva Almunia, pero la duda es el peaje que le exigirán sus socios. Por último y para cerrar una noche catastrófica para el PSOE está lo sucedido en Baleares donde la rosa también cae y se alza la gaviota con mayoría absoluta. Los 35 escaños del PP son inalcanzables.