vitoria. #Democraciarealya, #15-m... El movimiento ciudadano organizado a partir de las redes sociales que ha tomado las plazas públicas de las ciudades del Estado desde el pasado domingo en demanda de reformas en el sistema político y económico se erige en auténtico protagonista de la recta final de campaña. Ayer, con el foco puesto en dos puntos. Por un lado, en la reunión que la Junta Electoral Central celebró desde las 17.00 horas en el Congreso, para sentar doctrina sobre qué hacer con todos los actos convocados para mañana, día de reflexión. Por otro, en la inquietud y el nerviosismo que la dimensión que ha tomado esta iniciativa -que se ha extendido fuera de las fronteras del Estado, con concentraciones ante las embajadas españolas en países de Europa o Sudamérica pero también con movimientos miméticos que intentan brotar en Italia, Portugal o Alemania, por ejemplo- ha generado entre los políticos, fundamentalmente por el efecto que pudiera tener en las elecciones del domingo.

Este nerviosismo se palpa en el intento de los candidatos en reivindicar para sí el discurso del movimiento 15-m. De hecho, en no pocos discursos de la campaña vasca y alavesa fueron estas movilizaciones las protagonistas. Los dos principales aludidos por las protestas no escapan a la inquietud y la manifiestan en sus respuestas. La de la derecha, que insinúa la mano del Partido Socialista tras las concentraciones, cuando no abiertamente lo relaciona con ETA en determinadas tertulias de algunos canales madrileños de la tdt. Y la de la izquierda, ejemplificada en un Partido Socialista que intenta calmar a los airados, consciente de que entre ellos se encuentran muchos de aquéllos que en 2004 aclamaron a Rodríguez Zapatero al grito de "no nos falles".

"Hay que escuchar, hay que ser sensibles", decía ayer el presidente del Ejecutivo. "En democracia a los gobiernos que no están a la altura se les quita con lo más importante que tiene una persona, su voto valiente, libre y decidido", sostenía el líder del PP, Mariano Rajoy. Lo que PSOE y PP obvian en sus intervenciones es que en los pronunciamientos públicos de estas movilizaciones no se ha hecho ningún llamamiento a la abstención, sino a no votar a los dos grandes partidos. De hecho, una de las grandes reivindicaciones que recogen las asambleas celebradas es, precisamente, la reforma de la Ley Electoral para poner coto al bipartidismo dominante.

El lehendakari, Patxi López, entraba al trapo vía Twitter después de ofrecerse el miércoles a mantener un debate con los internautas. Cientos de preguntas y comentarios en su blog y en su cuenta de Twitter: "Tal vez, ha llegado la hora de abrir un nuevo debate sobre la Ley Electoral en España para mejorar la representación de las distintas opciones y garantizar mejor la pluralidad política", apuntaba para matizar que en Euskadi no existe ese problema porque "hay una amplia y variada representación política". Pero eso no le libró de duras críticas: "Qué patético intentar parecer el adalid del buen rollito. No deja de ser un intento de aprovecharse de una situación originada precisamente en contra del sistema que él y los suyos representan" o "Patxi, no te lo tomes a mal, pero llegas tarde".

Todo esto mientras en el epicentro de la protesta -ramificada en la mayoría de capitales del Estado-, en la madrileña Puerta del Sol, se esperaba la decisión de la Junta Electoral Central sobre los actos convocados para mañana. Los convocantes se mostraron anoche "desbordados" por la participación y estudiaban utilizar "urnas digitales" para ratificar la propuesta de celebrar mañana una manifestación.