Vitoria. La campaña electoral comenzó hablando de la crisis y el desempleo y afrontará su recta final de la misma forma. Aún en plena digestión de la proliferación de encuestas, los partidos iniciaron ayer la recta final del sprint electoral volcados en seducir al sector industrial conscientes de que la llave de la reconstrucción económica reside en la capacidad de las empresas para generar riqueza y nuevos puestos de trabajo.
El binomio político-polígono se puso ayer bajo el foco mediático en Jundiz. El PP desplazó hasta este enclave industrial a su candidato a diputado general para abogar por las "inversiones productivas" y dotar de mayor peso al sector logístico como motor de la salida de la crisis. Mientras, su jefe de filas, Antonio Basagoiti, respaldaba en Bilbao a los emprendedores, autónomos, pymes y comerciantes y los situaba como punto de inflexión en el alumbramiento de una nueva etapa que genere los ansiados puestos de trabajo.
Los populares se adelantaron un día a la misma apuesta que lanzarán hoy -también en Jundiz- los aspirantes forales del PNV en Álava con el candidato a la reelección del sillón foral, Xabier Agirre, a la cabeza. No serán los únicos, los socialistas de este territorio también acercan posturas con la clase empresarial y hoy celebrarán un encuentro con destacados miembros de este sector y sindicatos.
Vista la estrategia de los principales partidos vascos no hay lugar a las dudas sobre la apuesta común que estas formaciones quieren poner sobre la mesa para ofrecer un mensaje de optimismo ante la creciente tasa de paro que ya se acerca de forma peligrosa a los 25.000 desempleados en Álava, 18.000 de ellos empadronados en la capital.
Pero las empresas no esperan que los políticos avancen en su pugna electoral para tomar decisiones y mover ficha. Coincidiendo con la proliferación de mensajes de optimismo y apoyo constantes en campaña, la patronal vasca, Confebask, se reunión ayer en Bilbao con representantes de la Unión Valona de Empresas para tratar de impulsar relaciones comerciales y económicas entre ambas comunidades. Un paso más ajeno a la lucha de poderes frente a las urnas que continuará tras la meta del día 22 que figura en rojo en los calendarios de las sedes políticas.
paz y eta La consecución de la paz y la normalización política también formó parte de la agenda de algunas formaciones. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, pidió "un compromiso pleno" a todos los partidos por avanzar en la pacificación, sin excluir entre sus destinatarios a ETA con el claro propósito de que la banda armada abandone las armas de forma definitiva. Frente a este mensaje, el PP, de la mano de su líder vasco, Antonio Basagoiti, continuó sus ataques a Bildu por no condenar "ni uno de los 900 asesinatos cometidos por ETA". Los aludidos optaron, en su intervención en Vitoria, por alejar las demandas independentistas y centrar la jornada en la defensa del euskera.