Vitoria. Es su primera entrevista y está un poco nervioso, pero pronto se acomoda y comienza a serenarse. Viene del mundo de la enseñanza y la política no es el único reto al que se ha lanzado en 2011. Tras años como profesor de euskera en la ikastola de Lapuebla, este curso ha conocido de cerca la realidad de los escolares inmigrantes en el colegio Samaniego. "No se puede concentrar al 80% en dos centros", sostiene. Kike Fernández de Pinedo es el candidato más desconocido, el nombre al que pocos ponen cara y, aunque ha arrebatado el número uno al carismático Belakortu, confía en que entre ambos no haya más tiras y afloja de los esperados en cualquier coalición.
Al principio, algunos le confundieron con el ex concejal Iñaki Ruiz de Pinedo. Por el apellido, supongo.
Sí, ya me ha comentado más de uno.
Bueno, Bildu ya está en las elecciones y dentro de un par de meses en las instituciones. ¿Qué recorrido tiene ahora la coalición?
El proceso de Bildu ha creado esperanza en parte de la sociedad vasca, y no se puede defraudar esa ilusión. No cabe duda de que es un momento histórico para solucionar el tema de la pacificación y para que todas las ideas participen en el nuevo ciclo.
Ya no hay marcha atrás.
No. Es una apuesta firme.
Entonces, tampoco es coyuntural el 'viaje' con EA. Lo digo porque aún está pendiente la legalización de Sortu. ¿Se disolverá Bildu?
No, la apuesta es unir fuerzas y para conseguir cambios en la sociedad es importante que todas las sensibilidades nos juntemos en aquello en lo que estamos de acuerdo.
Un abanico amplio. Ahí está Aralar, por ejemplo.
Claro. El planteamiento de Bildu es intentar sumar todavía más fuerzas para conseguir cambios a nivel social, asegurar el derecho de autodeterminación, resolver el conflicto vasco...
Es decir, agrupar el voto en lugar de fragmentarlo como hasta ahora.
Exactamente. Otros sectores lo llevan haciendo años y hay mucha gente que no entiende lo ocurrido en los últimos tiempos, eso de que cada partido se divida en dos y luego en otros dos... Es perjudicial para todos y, aunque no estemos al cien por cien de acuerdo en todo, hay que buscar aquello que nos une.
Y en esa unión, cabe el PNV.
En esta fase desde luego no; más adelante, no lo sé.
Pero Bildu apoyaría un alcalde jeltzale para evitar uno del PP.
Todavía..., ten en cuenta que...
Ya, es pronto, lo sabremos a partir del 23. Han entrado en campaña con el mensaje de la pacificación. ¿Qué paso tiene que dar ahora ETA?
El pacto de Gernika ya recoge que la apuesta por hacer política con medios pacíficos es clara, y también marca una hoja de ruta sobre la que se están dando pasos, y se van a dar más. Y hay que ayudar para que el proceso llegue a buen puerto (...). Un problema de tantos años no se resuelve con prisas, hay unos plazos.
Y, ¿qué tiempos maneja Bildu?
No se trata de decir un plazo exacto, pero el hecho de que Bildu esté en las elecciones es muy importante, soy optimista y creo que la calle también lo es. No habrá que esperar mucho.
Sincérese. ¿En algún momento de todo el proceso judicial se ha visto, de verdad, fuera de las elecciones?
Muchos éramos pesimistas tras la decisión del Supremo, aunque también había una esperanza porque el fundamento jurídico era endeble, y los informes presentados por la Fiscalía eran malos y jurídicamente inaceptables. Y así ha ocurrido.
Mmmm. No era entonces una decisión política. ¿O sí?
Está claro que de una forma u otra hay un componente político, la prueba es que se habla del voto de los jueces progresistas, del de los conservadores... Eso indica algo.
Ya, ya. Usted viene del mundo de la enseñanza y su cara es desconocida. ¿No le da vértigo el Ayuntamiento?
Claro. Ahora estoy más tranquilo, pero días antes de aceptar lo pasé mal. Al final, me decidí porque el momento es especial e ilusionante.
Ajá. Tampoco debe de ser fácil bregar a diario con adolescentes. Tanto fracaso escolar y malos resultados en Ciencias, por ejemplo, no dejan en buen lugar a la enseñanza.
Tampoco creo que esté tan mal como señalan algunos informes, pero sí es necesario que las instituciones aporten más, tanto en formación de profesorado como en medios económicos, porque no se pueden introducir cambios sólo con voluntades.
Sin embargo, cuando no hay dinero, Educación es de las primeras carteras en sufrir los recortes.
Claro, se quiere invertir menos y que todo funcione mejor. Imposible. Además, la enseñanza es un tema sensible para la sociedad, no tiene que analizarse a corto plazo y nos estamos acostumbrando demasiado al cortoplacismo, en todos los aspectos. Una sociedad que no aporta a la Educación no va progresar nunca, porque los cambios de futuro requieren personas preparadas.
Algo similar ocurre con el euskera. Kontseilua advierte de que los municipios alaveses, entre ellos Vitoria, no lo están haciendo bien.
Hay un plan de normalización, que en el papel queda bien, pero si no se dan avances reales, todo queda en nada. Muchas veces nos quedamos sólo con el simbolismo y en Vitoria hay un 25% de euskaldunes, y otro 13% de población que entiende, hablamos casi de la mitad de la población, así que hay que adaptar las políticas a esa realidad.
Pero la realidad indica que el euskera no llega a la calle.
Bueno, el cambio ha sido importante, ahora se escucha mucho más euskera que hace años, lo que sucede es que el castellano es omnipresente en todos los ámbitos y, a veces, cuesta cambiar el registro. Por eso debe haber ayudas y espacios donde se potencie el euskera.
Sí, porque en el Ayuntamiento apenas se escucha. Quizá cambie con su llegada y la de Urtaran.
Por mi parte, sí que lo hablaré.
Imagino. La crisis lo envuelve todo y en las instituciones no hay dinero. ¿Conviene aparcar proyectos que requieren una inversión millonaria?
Por supuesto. Es un momento de incertidumbre y no puede ser que continuamente se presenten proyectos de futuro y financiación incierta que, además, no sabemos si son los necesarios para Vitoria. Por eso proponemos mayor participación ciudadana, para decidir lo que realmente se necesita, y un plazo de austeridad, para no hipotecar la ciudad. El caso más flagrante lo tenemos en la plaza de toros, un edificio en el que se han gastado un montón de millones y ahí está, no sirve para nada.
Puede, pero mucha gente no entendería que a medio camino se paren obras como el BAI Center, por citar una.
Ya, pero no se trata de dar pasos hacia atrás, aquí lo que sucede es que se crean necesidades antes de que existan, sin base social suficiente. En el caso del BAI Center, habría que pararlo, analizar todo el proyecto y, con el dinero que tenemos, ver qué necesidades culturales o de congresos tiene la ciudad. Y, después, siempre con consenso social, decidir.
Por esa regla de tres también habría que parar el soterramiento del tren.
Exacto, porque el planteamiento realizado nos parece un despilfarro. No se puede abrir toda la ciudad e invertir millones y millones de euros para llevar el tren hasta Arriaga. Sería mucho más viable y sostenible mantener la actual vía, soterrar en tres fases el trazado actual, y que la estación intermodal se instale en Renfe. De esa forma, todo el espacio liberado podría aprovecharse para el transporte de autobuses y taxis.
Entiendo. El Ayuntamiento está endeudado, pero también las familias, y a la vuelta del verano toca hablar de impuestos.
Está claro que la política fiscal tiene que cambiar para que las personas y las empresas que más dinero tienen paguen más, porque la situación lo requiere y hasta ahora no se ha hecho.
Bien, pero hay que gravar más a las familias o darles un respiro.
No creo que la solución sea gravar a las familias con más impuestos, por eso es importante modificar la política fiscal y adoptar medidas innovadoras y creativas. Resolver el tema de la vivienda...
¿Resolverlo? Si todos los partidos coinciden en que es uno de los grandes éxitos de Gasteiz...
No se puede decir que sea un éxito que existan diez mil casas vacías o que todavía haya ciudadanos que no pueden acceder a una vivienda. De ahí la necesidad de construir un parque público de pisos de alquiler.
Significa eso que la construcción de VPO ya ha tocado techo.
Exactamente, aquí también conviene parar y dar uso a lo que ya hemos levantado. Es irracional construir por construir, porque la ciudad ya se ha expandido lo suficiente, en algunos lugares, como Salburua, demasiado.
Algo más que no le guste de la gestión hecha hasta ahora en la ciudad.
Esa obsesión por vender la marca de Vitoria-Gasteiz haciendo infraestructuras que se empiezan por el tejado, sin analizar antes las necesidades. No vale con hacer un anuncio pomposo cada cierto tiempo. Es un error.
Y de la etapa Lazcoz, en concreto.
Fundamentalmente dos puntos: que ahora los proyectos estrella copan toda la atención mediática y la poca participación ciudadana para ser un partido socialista... No se puede hacer todo de arriba abajo porque hay un tejido social muy rico en la ciudad.
Parece que los alcaldes necesitan un proyecto estrella con el que identificar su gestión.
Claro, y es un error. Se hace el proyecto para ponerse luego la medalla.
¿Y hasta qué punto puede o no Bildu variar esta tendencia en el Ayuntamiento?
El cambio fundamental va a ser que la representación del sector de izquierdas y abertzale va a aumentar y esos ciudadanos que hasta ahora no se sentían representados, lo van a estar. El mapa político que va a salir de las urnas es el real. A partir de ahí, no me gusta hacer quinielas pero, bueno, esperemos que con la entrada de Bildu se rompa un poco ese esquema PNV, PSE, PP.
Si las urnas les dan margen, tendrán que aportar su granito de arena.
Sí, y vamos a estar totalmente abiertos a la participación ciudadana e intentar que también lo esté el Ayuntamiento. Incluso somos partidarios de convocar referÉndum cuando haya problemas concretos, como ocurre en Suiza.