vitoria. La campaña electoral fatiga y contamina a quienes entran en contacto directo con ella, como las fugas radioactivas. Pero entre estos efectos secundarios, algunos son capaces de sacar fuerzas de la ilusión para guiñar un ojo al humor y tratar así de captar la atención del votante de una forma innovadora. Así lo hizo ayer Aralar, que organizó un llamativo acto con el que quiso poner el dedo en la llaga del debate nuclear. "Mi cuerpo está al límite del aguante; me voy para adentro a protegerme", dijo Iñaki Aldekoa entre risas, quién sabe si temeroso de la radioactividad que escenificaron arrasando Vitoria, o de lo que aún queda de campaña electoral. Foto: josu chávarri