EL BAI Center es uno de los temas centrales en la política municipal actual. Y, por ende, de estas elecciones. La Casa Consistorial se divide entre quienes defienden este ambicioso proyecto -PSE-, quienes se oponen a él -PP, EB, EA, Aralar y UPyD- y quienes han abierto la puerta a replantearse su apoyo -PNV-. Cómo se muevan esos bandos resultará clave para la continuidad de una infraestructura cuyas obras ya han empezado, pero que no ha terminado de arrancar. Y qué ocurra en la plaza de Euskaltzaindia también condiciona las arcas del Ayuntamiento de Vitoria: en la actualidad, está comprometido el gasto de más de 157 millones de euros. Sin embargo, ya ha habido partidos que abogan por frenar la primera fase de la construcción, aunque cueste a la ciudad los 17 millones en los que se ha presupuestado.
Para el gabinete Lazcoz, el BAI Center es la joya de la corona. La apuesta clave de la legislatura. El actual alcalde siempre ha defendido que la crisis es el momento adecuado para invertir en "una fábrica" que se convertirá en un nuevo motor de empleo en la ciudad. Su construcción conllevará la creación de 2.643 puestos de trabajo. De su mantenimiento, mientras, se ocuparán otros 409 empleados cada año. El complejo diseñado por Mariano Bayón contará con una sala de congresos con capacidad para mil personas, un área expositiva para 8.500 asistentes, una sala sinfónica para 1.550 espectadores... Una larga lista de equipamientos que Lazcoz ha repetido con insistencia.
El primer edil a menudo ha recurrido a las cifras, pero en las cifras también se han centrado las críticas al proyecto. Sobre todo por que, hasta la fecha, el Ayuntamiento debe costear el 80% del coste del BAI, de ahí que se haya permitido recurrir a 50 millones reservados en la caja de la sociedad urbanística municipal. Y ésta es una cuestión clave en el debate. Porque aquí es donde el PNV advirtió de que ese dinero no debe salir de Ensanche 21, y de ahí que haya exigido que el Gobierno central y el vasco aumenten sus aportaciones al complejo. O bien que se replantee el proyecto. El candidato jeltzale, Gorka Urtaran, siempre se ha mostrado muy prudente en su apoyo al BAI y ha recalcado que hay que replantearse proyectos que puedan poner "en riesgo" la calidad de vida de los gasteiztarras.
Esta postura ha evidenciado la pérdida progresiva de apoyos del complejo. El PP, mientras, siempre ha sido una de las voces más críticas con la apuesta de Lazcoz. Los populares defendieron en la anterior legislatura la necesidad de ubicar un auditorio en La Senda, pero el PSE se descolgó del proyecto. Ahora, el PP ha respondido criticando la necesidad del auditorio, que ve como un afán monumentalista del alcalde. Javier Maroto ya se ha comprometido a parar las obras en Lakua si es elegido a alcalde.
EB, por su parte, considera que Lazcoz ha quemado todas las naves para lograr que el BAI salga a flote. El candidato José Navas ya criticó al comienzo de la legislatura que las apuestas de PSE y PNV habían hecho "saltar por los aires" el acuerdo en torno a este proyecto. Entonces lamentó que se perdieran los grandes espectáculos al apostar por crear un Teatro Principal "más grande". Desde entonces, EB no sólo ha mostrado dudas sobre el diseño del proyecto, sino también sobre su financiación e, incluso, sobre su tramitación. Navas también ha pedido con insistencia que se pare el proyecto.
EA, mientras, ha compartido el fondo del complejo pero no las formas. El uso de los 50 millones de los fondos de Ensanche 21 puso punto final a su apoyo al proyecto que, según Antxon Belakortu, ha copado el último presupuesto municipal. Esa crítica ha sido recurrente entre la oposición desde comienzos de año. Y entre quienes aún no están en la Casa Consistorial. Aralar duda de este planteamiento "elitista" para acoger grandes eventos, duda de que su oferta añada algo a la ya existente en la ciudad y duda de un coste que supondrá "un lastre" para las arcas municipales. UPyD, mientras, también ha puesto en cuestión el porcentaje de la financiación que debe asumir la ciudad con este proyecto y que obliga a recurrir a deuda "hasta límites alarmantes".
Estas posturas añaden leña a la teoría de que, en el último año de esta legislatura Lazcoz, todo se ha sacrificado para financiar el BAI Center. La crítica más recurrente ha sido que todo iba a parar a Euskaltzaindia. Ahora, pese al inicio de unas obras que dejarían listo el complejo para otoño de 2014, la continuidad del proyecto aún está en el aire. La composición de la nueva Corporación municipal será clave para desvelar este futuro.